La ilusión por los suelos

Rioja2

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La carnicería Cayo Sáenz es con toda probabilidad el comercio que mayores daños ha sufrido como consecuencia del coche bomba que ha estallado en Calahorra frente al cuartel de la Guardia Civil. Llevaba poco más de tres meses en su actual ubicación, confluencia de las callles General Gallarza y Achútegui de Blas, pero ya no queda casi nada. Las ilusiones de su propietario, por los suelos.

Tan sólo ha quedado un puñado de jamones que permanecían colgados en su lugar habitual como si nada hubiera pasado frente a las dependencias policiales. A pocos metros también se podía ver el pequeño socavón que ha dejado la explosión, mientras que los restos del vehículo se habían trasladado alrededor de cincuenta metros con respecto a su estacionamiento originario.

“Todavía estamos recuperándonos del susto”, decía una camarera de un bar situado cerca del lugar de los lamentables incidentes. “El estallido ha sido horroroso. Voy a tardar un tiempo en olvidarlo”, añadía un amiga suya al otro lado de la barra.

REGRESO AL HOGAR

Algunos vecinos acudían con serios rostros de preocupación a la carpa instalada por Protección Civil para detallar los daños ocasionados por la explosión. Queda esperar ahora a mañana para ver si pueden volver a sus hogares. Para algunos pocos resultará imposible, pues los daños son considerables en determinados edificios.

El pueblo de Calahorra se ha echado a la calle para ver las consecuencias de este atentado. Posteriormente han abarrotado la Plaza Quintiliano para manifestar durante un minuto de silencio su absoluta y más radical condena al atentado cometido por la banda terrorista.

Mañana será otro día. Comenzará entonces una dura jornada por recuperar la normalidad interior y en los propios hogares tras este gran susto.

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