El primer ministro chino acusa al Dalai Lama de organizar y controlar las revueltas

Europa Press

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El primer ministro chino, Wen Jiabao, ha respondido hoy a las alegaciones del líder espiritual tibetano, el Dalai Lama, que ha denunciado los sucesos de la última semana en Tíbet, y el genocidio cultural en la región, declarando que “no son más que mentiras”, aunque al mismo tiempo ha confirmado que la región permanecerá a los reporteros extranjeros.

“La situación en Lhasa está regresando básicamente a la normalidad”. “Lhasa volverá a ser abierta, y seguramente consideremos la posibilidad de que los periodistas extranjeros viajen hasta allá para ver lo que ocurre”, dijo Wen, en la única rueda de prensa que concede al año, coincidiendo con el fin de la reunión anual del parlamento chino, la Asamblea Popular Nacional.

Sobre las denuncias del Dalai Lama, Wen afirmó que “son mentiras hipócritas que no pueden cubrir los hechos”.

“Desde la liberación pacífica de Tíbet (en referencia a la ocupación en 1949-51) y la reforma democrática, Tíbet ha avanzado y está más desarrollado”. “Y los que dicen que se están produciendo un genocidio cultural no dicen más que mentiras”, aseguró Wen.

“No hay que ver lo que dice, sino lo que hace”, declaró el 'premier', que rechazó la posibilidad de mantener conversaciones directas con el Dalai Lama, tal y como se ha hecho, con éxito, en otros países con conflictos enquistados. “Para ello, el Dalai Lama tiene que abandonar sus pretensiones independentistas y aceptar que Tíbet es parte inalienable de China”.

Wen insistió en la premisa mantenida por su Gobierno, que el Dalai Lama estuvo detrás de la violenta revuelta popular ocurrida en Lhasa el viernes, días después de que la policía dispersara con gases lacrimógenos a los monjes concentrados de forma pacífica en la capital tibetana.

“Tenemos sobradas evidencias de que fueron unos hechos organizados y controlados por la camarilla del Dalai Lama”, y aceptó la relación que se está haciendo entre la celebración de las próximas Olimpiadas y el levantamiento tibetano.

“Usted mismo, con esa pregunta, ya lo está reconociendo”, espetó al periodista Wen, que definió los recientes acontecimientos como resultado de una “agenda oculta”, que van contra el principio de no politizar los Juegos Olímpicos.

“China es sincera en la organización de los Juegos”. “La celebración de las Olimpiadas es un sueño compartido por generaciones de chinos”. “Estoy seguro que los millones de sonrisas de los chinos recibirán en reciprocidad las sonrisas del resto del planeta”, declaró.

El dirigente chino remitió asimismo en sus respuestas, formuladas todas ellas por periodistas extranjeros, a la rueda de prensa ofrecida ya ayer por el gobernador en la región de Tíbet, y en la que se ofrecieron sangrientos detalles sobre lo ocurrido en Lhasa el viernes pasado, cuando, según dijeron, grupos de tibetanos rociaron con gasolina edificios y personas, e incluso participaron en carnicerías contra policías y ciudadanos chinos.

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