Zapatero retoma su agenda exterior en el Consejo Europeo

El presidente del Gobierno en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, retoma hoy la agenda internacional asistiendo al Consejo Europeo que arranca esta tarde en Bruselas, y que, como viene siendo tradición en estas citas de marzo, estará centrado en la economía, con una atención especial al momento de cierta desaceleración actual. Antes de la cita de los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete acudirá a un encuentro del Partido de los Socialistas Europeos (PES, en sus siglas en inglés) donde coincidirá, entre otros, con el primer ministro británico, Gordon Brown.

Zapatero recibirá de sus colegas europeos las respectivas felicitaciones por su victoria en las elecciones generales del domingo pasado, aunque acude a Bruselas sin ninguna reunión bilateral cerrada debido a que, según fuentes de Moncloa, quiere “tener tiempo” para mantener el mayor número de contactos informales posibles.

La agenda del presidente comenzará a mediodía, con una reunión a partir de las 13.00 horas a puerta cerrada de los socialistas europeos en la Biblioteca Solvay de la capital europea para preparar el Consejo, abordar la situación económica actual y analizar las recientes elecciones generales en España y las municipales en Francia, con malos resultados para los conservadores. Una vez terminada la reunión y tras la tradicional foto de familia, Zapatero participará en la rueda de prensa junto al presidente del PES, Poul Nyrup Rasmussen, prevista para las 15.30 horas.

Por lo que se refiere al Consejo Europeo (que arranca a las 17.30 horas) y al margen de los asuntos económicos, la iniciativa de la Unión por el Mediterráneo centrará la última parte del debate que mantendrán los líderes europeos durante la cena del jueves.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy (promotor inicial del proyecto), y la canciller alemana, Angela Merkel, han pedido a la presidencia eslovena de turno de la Unión presentar los resultados de la reunión que ambos mantuvieron recientemente en Hannover (Alemania) y en la que Sarkozy cedió en su previsión de limitar a los países ribereños la primera reunión que lanzará la iniciativa el 13 de julio en París.

Si bien España e Italia pusieron desde un principio el acento en que este proyecto se enmarcase dentro de la UE, ha tenido que entrar en escena Merkel para arrancar a Sarkozy el compromiso de que la primera cumbre que pretende dar el pistoletazo de salida de la Unión por el Mediterráneo esté abierta a todos los Estados miembros y no sólo a los ribereños, como pretendía Sarkozy.

Fuentes gubernamentales aseguraron que Zapatero tomará la palabra en este debate, confirmaron que España ha estado puntualmente informada de los desarrollos de la iniciativa (incluido el acuerdo entre Sarkozy y Merkel) y recordaron que el Gobierno ha defendido en todas las conversaciones en las que se ha ido dando forma a la iniciativa que se construya sobre las estructuras del Proceso de Barcelona y que se incorpore a la UE en cualquier proyecto de esta nueva asociación, aunque algunos de sus miembros no sean socios comunitarios.

También precisaron que el nombre con el que Sarkozy, Zapatero y el primer ministro italiano, Romano Prodi, rebautizaron el proyecto en una reunión en Roma en diciembre pasado (cambiaron de Unión Mediterránea a Unión por el Mediterráneo) fue una propuesta del presidente español, que lo consideraba “más inclusivo” que la denominación anterior.

A pesar del debate que ocupará a los líderes europeos en torno a la Unión por el Mediterráneo, no habrá alusión alguna a esta iniciativa o al Proceso de Barcelona en las conclusiones del Consejo Europeo, entre otras cosas porque la propuesta hay que debatirla con los países del sur, informó el secretario de Estado para la Unión Europea, Alberto Navarro, en una sesión informativa con los medios de comunicación.

Una de las propuestas de Sarkozy que difícilmente aceptarán los países del sur es que esta nueva asociación tenga dos copresidencias, una europea y otra de los países del sur, debido al enfrentamiento entre Israel y los Estados árabes.

De forma paralela a la cena de los jefes de Estado y de Gobierno, los ministros de Exteriores hablarán de Afganistán y, si les queda tiempo, de Kosovo, según fuentes diplomáticas españolas. La presidencia eslovena de turno de la Unión no prevé sin embargo abordar de momento el asunto de Kosovo, a pesar de que éste es el primer Consejo Europeo después de la declaración unilateral de independencia.

MERCADOS FINANCIEROS Y ESTRATEGIA DE LISBOA

Los jefes de Estado y de Gobierno analizarán también en su cena del jueves la situación actual de los mercados financieros. Aunque el Consejo reconocerá que la responsabilidad principal corresponde al sector privado, señalará que las autoridades de la UE deben estar dispuestas a adoptar acciones supervisoras y reguladoras.

Los líderes europeos abordarán también los objetivos de la llamada Estrategia de Lisboa que persigue modernizar la economía europea, con una atención especial a la energía y el cambio climático.

En este sentido, tendrán oportunidad de discutir sobre el paquete de medidas presentado por el Ejecutivo comunitario para luchar contra el cambio climático y sobre las implicaciones que este fenómeno puede tener para la seguridad.

Según explicó el secretario de Estado de Economía, David Vegara, el Consejo confirmará la validez de las 24 directrices integradas para el crecimiento y el empleo y actualizará las recomendaciones para cada Estado miembro sobre política económica y empleo. En el caso de España, se aconseja “aumentar” la competencia en el sector energético y garantizar la reforma de la educación, recordó Vegara.

No obstante, la Comisión ha valorado positivamente el nivel de aplicación de la Estrategia de Lisboa por parte de España, al mismo nivel que Alemania e Italia y por encima de Francia, y ha destacado especialmente la rápida reducción de la deuda pública y los avances significativos en la ejecución del plan de I+D+i.

De hecho, España ha sido el país que más esfuerzos ha hecho para aumentar la inversión en tecnología al incrementar un 166% el presupuesto público civil en I+D+i, con casi 5.000 millones de euros destinados para este fin en los presupuestos para 2008.