Pacientes cardiacos, al internista

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El número de pacientes con enfermedad vascular atendidos por los internistas se ha incrementado significativamente en los últimos años. De hecho, en la actualidad constituye el motivo más frecuente de ingreso hospitalario en los servicios de medicina interna. De esta manera, el 40% de los pacientes atendidos por el internista presentan enfermedad cardiovascular establecida.

Por este motivo, actualizar el conocimiento en el manejo de estas patologías resulta clave para lograr un mejor control de estos pacientes. Precisamente, con el objetivo de dar a conocer las principales novedades en riesgo vascular y promover la investigación cooperativa entre internistas en este campo, acaba de celebrarse la IV Reunión de Riesgo Vascular de la Federación Española de Medicina Interna (FEMI).

Prácticamente todos los pacientes con enfermedad vascular hospitalizados tienen más de un factor de riesgo: en primer lugar la edad, a la que se añade la obesidad, el sedentarismo, la hipertensión o la diabetes.

Asimismo, según los últimos estudios que se presentan en el marco de esta reunión, se ha detectado una elevada prevalencia del síndrome metabólico en los pacientes atendidos por los internistas. La importancia clínica de este síndrome se relaciona con su impacto en la morbimortalidad cardiovascular, constituyendo un importante problema de salud pública y cuyo abordaje requiere una acción integral y coordinada para su prevención y tratamiento. “Debemos realizar mayores esfuerzos e iniciativas encaminadas a una mejor gestión sanitaria y a potenciar la unión entre atención primaria y especializada”, apunta Juan García Puig, coordinador del Grupo de Trabajo de Riesgo Vascular de la FEMI.

El síndrome metabólico es un síndrome multifactorial asociado al estilo de vida “occidental” y cuya incidencia parece estar directamente relacionada con la “epidemia de la obesidad”. Asimismo, según explica este experto “la enfermedad arterial es una enfermedad multisistémica que afecta a casi todos los órganos y que tiene una expresión clínica muy polifacética”.

La importancia de tratar de forma global a los pacientes de alto riesgo cardiovascular, constituye la principal conclusión de diferentes trabajos realizados por miembros del Grupo de Trabajo de Riesgo Vascular. Con este propósito, los internistas apuestan por unidades hospitalarias de riesgo vascular integrados en los servicios de Medicina Interna para tratar de forma global a los pacientes de alto riesgo.

MOTIVOS

Normalmente, los pacientes con enfermedad arterial que ingresan en medicina interna lo hacen por un evento (ictus, cardiopatía isquémica, infarto de miocardio, arritmias, angina de pecho), o bien por dolor en extremidades, es decir, por una claudicación intermitente que denota un compromiso vascular arterial de miembros inferiores. Otras veces ingresan por la presencia de síntomas de insuficiencia renal.

“En definitiva -subraya este experto-, el internista es el médico de cabecera de los hospitales y por ello su papel en el abordaje del paciente con patología vascular es clave. Y lo es por dos motivos: en primer lugar por la alta frecuencia de pacientes con esta patología atendidos por los internistas y en segundo lugar, porque la enfermedad vascular es una enfermedad sistémica, que requiere un abordaje global y no limitado al órgano o sistema donde se exprese, y si algo caracteriza al internista es su carácter integrador y visión global”.

“Todos los internistas buscamos la excelencia asistencial y ésta sólo se puede conseguir con una visión integral del paciente”, concluye García Puig.

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