Siete días de tranquilidad

Luz al final del túnel. Al menos durante los siete próximos días hasta que arranque el partido ante el Palencia, otra auténtica final, en la tarde del domingo. Así ve su futuro (el deportivo, ya que el otro sigue tan revuelto como hace una semana) el Club Deportivo Logroñés después de certificar de manera casi definitiva el regreso a Tercera del Peña Sport y de abandonar los puestos de descenso en los que ha nadado en las últimas semanas.

Y es que salir de los puestos marcados en rojo en la clasificación les ha costado a los blanquirrojos casi un mes. De hecho sólo en tres de las últimas quince semanas el Logroñés ha conseguido vivir siete días sin la soga de la tercera división en el cuello. Después de la primera derrota doméstica de los riojanos ante el Lemona, el equipo entró en puestos de descenso. Y el equipo lo notó. Las responsabilidades hicieron mella en una plantilla confeccionada para ascender y que se veía, mediada la primera vuelta, en el extremo contrario de la clasificación.

Cuatro semanas después, en la jornada 17, el equipo abandonaba los últimos cinco puestos tras ganar 1-3 en Tajonar a Osasuna B para regresar, siete días después, a ellos. Primero, y durante dos semanas, al de promoción y después, durante otras dos, a los de descenso directo. La situación se volvió a corregir tras empatar ante el Real Unión (1-1) en tierras guipuzcoanas y asaltar la decimoquinta posición. Como en la jornada 17 la satisfacción y la tranquilidad duró una sola semana. Siete días libres de polvo y paja que concluyeron regresando al puesto de promoción al caer ante el Barkaldo (0-1) en Las Gaunas para completar otro ciclo de un mes en puestos de descenso o promoción.

Ahora los tres puntos sumados ante el Peña Sport le conceden una nueva oportunidad. Esta es, si cabe, más prometedora. El calendario concede un tregua a los blanquirrojos con dos enfrentamientos directos ante el Palencia (en el puesto de promoción) y el Valladolid B (decimonoveno). Si la situación institucional lo permite es un buen momento para desmarcarse de los puestos bajos de la tabla.