A vueltas con las hormonas

Rioja2

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De acuerdo con una investigación publicada en la revista oficial de la Asociación Médica Americana (JAMA), las mujeres que interrumpen la terapia con combinación de dos hormonas (estrógeno y progestina) pueden estar expuestas a un mayor riesgo de cáncer. No observaron, por el contrario, mayor riesgo de trastornos cardiovasculares ni óseos (fracturas por osteoporosis).

El estudio, bajo el título 'Iniciativa por la Salud de la mujer' (WHI, por sus siglas en inglés) incluye datos de casi 17.000 mujeres, para evaluar si este tipo de tratamientos previenen las enfermedades del corazón y las fracturas y, por el contrario, incrementan el riesgo de cáncer de mama. El ensayo se detuvo en 2002 al observar en los resultados que había un notable grupo de pacientes cuyo riesgo de cáncer era más elevado por efecto de la terapia.

La información que se ha dado a conocer ahora es un análisis más detallado de aquellos mismos casos. En la anterior oleada de datos se demostró que las pacientes que recibían ambos tipos de hormona tenían mayor riesgo coronario, de ictus (infarto cerebral) y tromboembolismo venoso, de fracturas y cáncer colorrectal.

Con el último estudio en la mano, expertos de la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos) han advertido que el riesgo de cáncer de mama invasivo, así como de otros tipos de enfermedades malignas, es más elevado, aún después de haber interrumpido la administración de los fármacos.

Por otra parte, la tasa de muerte 'por cualquier causa' resulta un 15 por ciento más elevada en el grupo tratado con estas sustancias.

“Este análisis de los beneficios y riesgos a largo plazo añade nueva información en beneficio del uso óptimo de los tratamientos” -escriben los autores-. “Incluso después de abandonarlos, es necesario realizar controles médicos a largo plazo en estas pacientes”, concluyen.

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