No basta con arañar

Rioja2

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¿Quién araña a los invictos? Titín III y Laskurain viven en las horas previas a su partido contra Gonzalez y Barriola con esa duda existencial. ¿Cómo se puede vencer a una pareja que ha pasado sus ocho primeros encuentros del Parejas 2008 con tan buena nota que nadie ha sido capaz de arrebatarle la victoria?

Ésa es una duda. La otra es la que comparten los ocho pelotaris implicados en la pelea por entrar en la final: ¿Por qué la LEP.M se ha sacado de la manga una decisión tan irregular como cambiar el sistema de la competición cuando ésta ya había empezado? La frase “para evitar suspicacias”, tras la que se han escudado las empresas para enfrentar entre sí a sus respectivos pelotaris en la primera ronda, ha hecho más daño a la competición que cualquier otra cosa. Como resaltaban Barriola y Gonzalez el jueves en Eibar: “¿Para qué sirve quedar primero si en lugar de enfrentarte al cuarto, jugamos contra el segundo?”

En cualquier caso, el daño ya está hecho. Titín y Laskurain jugarán en Eibar (frontón amable para el riojano) contra la pareja más en forma del torneo. Lo harán con la convicción de que ellos también han rendido a un nivel muy alto, pero con la obligación de sacar lo mejor de sí. Porque ahora mismo Barriola es el zaguero más sólido del cuadro pelotazale y Gonzalez se conoce muy bien el Parejas.

Hay consuelos menores: por ejemplo, la historia dice que nadie ha ganado nunca el torneo sin haber perdido un sólo partido. Además, nadie olvida que Titín es uno de los favoritos. No sólo es que Laskurain esté rindiendo a la perfección pese a estar debutando en el torneo, sino que el riojano ha conseguido la txapela en cuatro ocasiones, por lo que se conoce muy bien el terreno que pisa.

De la pareja rival destaca, por encima de todo, su capacidad de sufrimiento

. Leyendo por encima su trayectoria en el Parejas, cualquiera podría pensar que lo suyo ha sido una marcha militar. Pero no; más bien al contrario: Gonzalez y Barriola han tenido que exprimirse al máximo para pasar invictos a la siguiente fase. Por ejemplo 22-20 ante Leiz y Patxi Ruiz; ó 22-21 ante Olaizola I y Otxandorena; ó 21-22 ante Olaizola II y Mendizabal; ó 21-22 contra Koka-Begino (22-20 en el primer partido).

Está claro, pues, que a los invictos se les pueden quitar puntos y ponerlos contra las cuerdas. Se les puede arañar, pero ¿cómo se logra tumbarlos en la lona?

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