Después de vencer el cáncer, fisioterapia

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Aunque el diagnóstico precoz y las nuevas técnicas quirúrgicas han disminuido drásticamente el número de mastectomías totales que se hacen a las mujeres con un tumor en la mama, el papel de los fisioterapeutas sigue siendo fundamental. Así, según explica Néstor Perez, coordinador de Postgrados de Biomedicina de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Europea de Madrid, la intervención precoz de estos profesionales en extirpaciones parciales de la mama consigue minimizar las cicatrices tras la cirugía y prevenir posibles complicaciones posteriores como las retracciones musculares.

Bajo este prisma, y con el ánimo de intercambiar puntos de vista y las últimas novedades en ambos campos, fisioterapeutas y expertos en tumores mamarios se han reunidio en el marco del Aula de Estudios Avanzados “El cáncer de mama como modelo de análisis en fisioterapia”, un encuentro fruto del acuerdo de la Universidad Europea de Madrid y la Fundación Tejerina. No cabe duda de que la intervención del fisioterapeuta es fundamental cuando la paciente sufre una extirpación total de la mama, una opción quirúrgica que puede desarrollar un linfedema (hinchazón que se produce por regla general en el brazo tras la eliminación de nódulos linfáticos). En estos casos, a las afectadas se les aplica un masaje (drenaje linfático manual -DLM-) de baja presión para acelerar el sistema linfático y se les pone un vendaje que facilita el retorno linfático, explica Néstor Pérez.

Sin embargo, el diagnóstico precoz ha disminuido drásticamente los casos de mastectomía total y ha dado paso a cirugías mucho más conservadoras, con una resección parcial de la mama, que eliminan el riesgo de padecer este trastorno. En este nuevo escenario, con una situación de menos gravedad, el fisioterapeuta sigue teniendo una baza importante puesto que, si actúa de manera precoz, consigue, entre otras cosas, que la cicatriz sea mucho más estética.

En estos casos, “el trabajo también está muy ligado al drenaje linfático. El objetivo es conseguir la mayor eliminación de metabolitos –sustancias de desecho- que hay alrededor de la cicatriz de manera que el edema baja y hay menos riesgos de que la cicatriz se fibrose y engorde”, señala Néstor Pérez.

Además de mejorar la parte estética, este experto asegura que la fisioterapia puede ayudar a evitar complicaciones posquirúrgicas como dolores cervicales, de cabeza, tendinitis de hombros, acortamientos y retracciones musculares, que pueden aparecen como consecuencia de la operación, que a veces hace que las mujeres tengan el brazo inmóvil durante mucho tiempo. “La mayoría de las pacientes no son conscientes de este riesgo y llegan a consulta sin asociar, por ejemplo, sus mareos o dolores cervicales con la cirugía mamaria”, relata.

En opinión de este especialista, para que los resultados sean óptimos hay que conseguir un tratamiento personalizado “si es posible en salas individualizadas” para que las mujeres se sientan cómodas. “La evolución no es igual si un fisioterapeuta está viendo de primera mano cómo evoluciona la patología y la trabaja directamente que si lo hace la paciente en su propia casa”. De hecho, asegura que de esta manera no es imprescindible que una paciente vaya al centro todos los días (si no existe linfedema), sino que puede ser suficiente con una o dos veces a la semana.

Durante el encuentro, tanto fisioterapeutas como médicos han subrayado la importancia del abordaje del cáncer de mama de una manera multidisciplinar. “Los fisioterapeutas son un eslabón más en la cadena del tratamiento de estas pacientes”, explica el doctor Alejandro Tejerina, médico de la Fundación Tejerina.

Durante el encuentro también se han abordado los avances en el diagnóstico de este tipo de tumores y, más concretamente, las ventajas del PET-TAC, una prueba que viene a sumarse a la mamografía, la ecografía y la resonancia magnética. “El PET-TAC une la técnica de la medicina nuclear (PET) con la de la radiología (TAC) de manera que se puede identificar exactamente la localización del tumor. Esto es especialmente útil para hacer un estudio del estado en el que se encuentra, ver si hay afectación de otros órganos y para hacer seguimiento de cómo está respondiendo una persona ante el tratamiento.

En cualquier caso, este experto recuerda que la prueba que resulta fundamental en el primer screening para detectar un tumor en la mama sigue siendo la mamografía. De hecho, recuerda que son las mamografías periódicas que se hacen de manera muy generalizada por la gran concienciación de las mujeres las que han permitido dar un vuelco en el pronóstico del cáncer de mama.

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