El arca de Noé de las plantas

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El primer ministro de Noruega, Jens Stoltenberg, presidió en una de las islas del Circulo Polar Ártico la inauguración de la 'Svalbard Global Seed Vault' (Bóveda Global de Semillas de Svalbard), la mayor planta de semillas del mundo, que recibió envíos inaugurales de 100 millones de semillas provenientes de más de 100 países.

Con depósitos variando entre variedades únicas de importantes alimentos básicos africanos y asiáticos tales como maíz, arroz, trigo, caupí y sorgo, y variedades europeas y suramericanas de berenjena, lechuga, cebada y patata, los primeros depósitos en la bóveda de semillas representan la colección más extensa y diversa de semillas de cultivos alimenticios guardada en cualquier parte del mundo, según informó el Foro Mundial para la Diversidad de los Cultivos.

En el acto también estuvieron presentes la ambientalista africana y Premio Nobel de la Paz, Wangari Maathai, que colocó las primeras semillas; el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y una multitud de dignatarios y expertos agrícolas de alrededor del globo depositaron semillas durante la ceremonia. Igualmente, se presentaron una variedad de músicos y coros noruegos en la ceremonia inaugural celebrada 130 metros dentro de la montaña congelada.

Construida cerca de la aldea de Longyearbyen, en la isla de Spitsbergen, la bóveda contiene en sus comienzos 268.000 muestras distintas de semillas, cada una proveniente de una granja o campo diferente del mundo. Cada muestra puede contener cientos de semillas o más. En total, los envíos de semillas que hoy se encuentran en la bóveda tuvieron un peso de 10 toneladas, llenando 676 cajas.

La instalación, construida “contra todo riesgo”, está cavada en la profundidad de la roca congelada de una montaña Ártica y asegurará por siglos, o más, cientos de millones de semillas representando cada variedad de cultivo importante disponible en el mundo.

PREPARADA PARA EL CAMBIO CLIMÁTICO

Además de proteger contra la pérdida diaria de la diversidad, la bóveda también podría resultar indispensable para recomenzar la producción agrícola a nivel regional o global en el caso de un desastre natural o cataclismo causado por el hombre, según sus promotores. Igualmente, se han incluido contingencias para el cambio climático dentro del plan, ya que incluso en los peores escenarios de calentamiento global, las bóvedas permanecerán naturalmente congeladas hasta por 200 años.

“Con el cambio climático y otras fuerzas que amenazan la diversidad de vida que sostiene nuestro planeta, Noruega esta orgullosa de desempeñar un papel central en la creación de una instalación capaz de proteger lo que son no sólo semillas, sino los cimientos fundamentales de la civilización humana,” dijo el primer ministro noruego.

La Bóveda Global de Semillas de Svalbard ha sido financiada y constituida por el Gobierno de Noruega, con el apoyo de Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos. 'NordGen' administrará la instalación y mantendrá una base de datos pública en línea de las muestras almacenadas en la bóveda de semillas, la cual tiene la capacidad de hospedar 4,5 millones de muestras (alrededor de 2 billones de semillas).

LA PRIMERA CAJA: ARROZ

Durante el acto, Stolbenberg y Maathai depositaron conjuntamente juntos la primera caja de semillas en la bóveda, que contenía semillas de arroz especialmente preparadas con variedades provenientes de 104 países. La caja se abrió durante la ceremonia y luego se volvió a sellar antes de ser colocada en la bóveda.

“El gran interés público en el proyecto de la bóveda de semillas indica que estamos cambiando colectivamente nuestra forma de pensar sobre la conservación ambiental. Ahora entendemos que junto con movimientos internacionales para salvar especies en peligro de extinción y las selvas tropicales del mundo, es igual de importante conservar la diversidad de los cultivos del mundo para generaciones

La bóveda, formada por tres salas situadas al final de un túnel de 125 metros cavado en una montaña, permanece fría con tan sólo un compresor de 10 kilovatios, propulsado por electricidad generada localmente. Así, las semillas se almacenarán a menos 18 grados centígrados y selladas en paquetes de cuatro capas de aluminio especialmente diseñados.

Los paquetes son sellados en cajas y almacenados en estantes dentro de la bóveda. Cada bóveda esta rodeada de permafrost ártico congelado, asegurando la viabilidad continua de las semillas en caso de que el suministro de energía eléctrica fallara. La baja temperatura y nivel de humedad dentro de las bóvedas asegurará una actividad metabólica baja, manteniendo a las semillas viables.

Si se almacenan correctamente y se mantienen a menos 20 grados Centígrados, algunas semillas podrían permanecer viables por un milenio o más. Por ejemplo, la cebada puede durar 2.000 años, el trigo 1.700 años y el sorgo casi 20.000 años.

FÉRREO SISTEMA DE SEGURIDAD

Cualquiera que quiera tener acceso a las semillas tendrá que atravesar cuatro puertas cerradas: las pesadas puertas de acero de la entrada, una segunda a aproximadamente 115 metros dentro del túnel y finalmente dos puertas con esclusa de aire con clave. Las claves se encuentran codificadas para permitir el acceso a diferentes niveles de la instalación y no todas ellas abrirán todas las puertas. También hay detectores de movimiento instalados alrededor de la zona y las cajas de semillas dentro de los cuartos son escaneadas antes de ser introducidas a la bóveda de semillas.

Finalmente, dos artistas noruegos han trabajado juntos para llenar el techo y la entrada de la bóveda con acero, espejos y prismas altamente reflexivos, de modo que la instalación actúa como un faro, reflejando la luz polar durante los meses de verano, mientras que durante el invierno, una red de 200 cables de fibra óptica brindarán a la pieza una luz verdosa-turquesa y blanca apagada.

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