Los 20 mil hijos del Ebbsfleet United (y otras formas de gestionar un club de fútbol)

Rioja2

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La oferta de compra que la plantilla y el cuerpo técnico del Logroñés han realizado a Juan Hortelano es, desde luego, algo novedoso en el fútbol de este país. ¿Un club profesional gestionado por la plantilla? Planteado así, es una propuesta extraña, pero no es, desde luego, lo más raro que se ha visto en el mundo del balompié.

Por ejemplo, tan de opereta como la oferta rojiblanca fue la opción de compra que consiguió adquirir el Ebbsfleet United, un modestísimo club inglés, que militaba en la Blue Square (algo así como una especie de quinta división). El Ebbsfleet fue adquirido en noviembre de 2007 por 20.000 aficionados después de que éstos juntaran 980.000 euros a través de una página web.

Para ello, tuvieron el visto bueno del organismo de supervisión británico, que después de mirar que la compra no afectase a los socios minoritarios, aprobó la venta del club. Ahora, todas las decisiones del equipo se toman por consenso entre los 20.000 dueños.

La iniciativa tuvo su reflejo poco después en un grande del fútbol inglés, el Liverpool, donde los aficionados iniciaron una campaña para recaudar mil millones de dolares y recomprar el equipo a los estadounidenses George Gillet y Tom Hicks. El proyecto, surgido de la mente de aficionados descontentos con el rumbo empresarial que la pareja había dado al Liverpool, obligaba a los interesados a invertir una cantidad mínima de 10.000 dólares.

Incluso en España ya hay dos iniciativas similares puestas en marcha: Mi Equipo Favorito y Mi Club de Fútbol , que incluye un detallado plan de actuación para solventar las dudas de todos los interesados.

En realidad, todas esas propuestas son la traslación a los nuevos tiempos del modelo clásico de gestión de equipos de fútbol y que aún se mantiene en algunos equipos grandes, como el Barça. Es, de una manera distinta, el regreso a los clubes de fútbol como entidades donde los socios tienen la última palabra (y no sólo son abonados). Es decir, el club deportivo en vez de la Sociedad Anónima Deportiva.

De hecho, el propio Logroñés tiene una experiencia muy similar, cuando una junto gestora cogió los mandos del club a mediados de la temporada 2000-2001, cuando el equipo estaba sin propietarios que aportasen dinero, y consiguió no sólo que acabara la temporada, sino lograr un inolvidable ascenso en Bezana.

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