Avalancha de críticas a Sarkozy por llamar “pobre gilipollas” a un ciudadano

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El vídeo colgado en la página web de 'Le Parisien' que recoge el insulto lanzado por el presidente Nicolas Sarkozy a un asistente al Salón de la Agricultura que se negó a darle la mano ha dado la vuelta al planeta y levantado una marea de reacciones en Francia.

En la oposición arrecian las críticas contra Sarkozy, a quien acusan de no estar a la altura de la función presidencial, mientras que Gobierno y parlamentarios de la UMP se esfuerzan en defender la actitud del jefe del Estado y quitar hierro a un nuevo incidente que amenaza con arruinar los resultados electorales de la derecha a dos semanas de las municipales.

“No me toques, que me ensucias”, profirió un visitante de la feria a Sarkozy cuando el jefe del Estado se daba un baño de masas. “Entonces lárgate, pobre gilipollas”, le espetó Sarkozy sin mudar la sonrisa del rostro. La imagen que recoge esta nueva muestra del temperamento presidencial ha recibido ya más de mil visitas.

Con todo, no es la primera vez que el presidente se enzarza con un ciudadano cuando algo le contraría. Lo hizo ya en noviembre pasado cuando visitó a los marineros bretones que se manifestaban por el alza del precio del petróleo y alguno profirió alguna palabra poco amable. “¿Eres tú quién ha dicho eso? Baja aquí y dímelo a la cara”, replicó entonces Sarkozy.

La ex candidata socialista a las presidenciales, Ségolène Royal, le ha recomendado “mantener su serenidad y su sangre fría”. “Creo que no es una buena imagen de la función presidencial”, dijo Royal en el salón de la Agricultura, el mismo escenario del incidente protagonizado por Sarkozy. “Hace falta mantener la convivencia. La violencia de los insultos conlleva una violencia de comportamiento”, agregó Royal quien recordó que a veces hay ciudadanos que no quieren darte la mano y que están “en su derecho”.

El primer secretario de los socialistas franceses, François Hollande, le acusó de “no estar en su papel”. “Incumple lo que debería ser su cargo. No debe comportarse como cualquier ciudadano. No se cae en la disputa”, se quejó el líder socialista. Por su parte, el ex primer ministro Dominique de Villepin aseguraba ayer en Canal Plus que a pesar de que Sarkozy “podría ser un buen presidente hoy, lamentablemente, la sensación es de cierto desastre”.

Hasta el presidente del Frente Nacional, Jean-Marie Le Pen, le criticó por cometer el “grave error” de querer ser visto “como un colega” y de hacer “más de Tintin que de De Gaulle”. Y la vicepresidenta del FN, Marine Le Pen, llegó a sugerir que habría que quitarle a Sarkozy el “botón nuclear”. “Empieza a ser un poco preocupante esta impulsividad”, dijo en France 2.

HUMILLAR AL PRESIDENTE

Mientras, ministros y parlamentarios del partido de Sarkozy, Unión para un Movimiento Popular (UMP), han hecho piña para restar importancia al polémico episodio. La ministra de Educación Superior, Valérie Pécresse, consideró en Canal Plus que “un gesto de irritación en una avalancha” no puede llevar a “hacer un juicio ni sobre la personalidad ni sobre la actitud de un jefe de Estado” y que ella no ve “de qué hacer un polémica”.

El ministro de Trabajo, Xavier Bertrand, cree que “nadie tiene derecho de humillar al presidente de la República” y criticó el “sistema insensato que sólo retiene cinco segundos de la visita”.

Mientras, Michel Barnier, ministro de Agricultura, que acompañaba al presidente en su recorrido -y que también presenció la enganchada de Sarkozy con el marinero durante la visita a Bretaña en noviembre- declaró en Europe 1 que el presidente respondió “de hombre a hombre” a alguien que le había “agredido verbalmente”.

Rachida Dati, ministra de Justicia, prefirió escudarse en el argumento de que los franceses están pendientes de lo que “hace” el presidente y evitó reaccionar abiertamente a los insultos.

Para el presidente del Grupo parlamentario de la UMP en la Asamblea nacional, Jean François Copé, esta historia ha adquirido una dimensión “anormal” y añadió que dado que los portátiles y las webcam están en todos los sitios, habrá que “tenerlo en cuenta en el futuro”.

Amigo de Sarkozy desde hace treinta años, el ministro de Inmigración, Brice Hortefeux, también ha salido en defensa del presidente y argumentó en BFM TV que “los políticos no son alfombras en las que se limpia uno los pies sistemáticamente”. “Nicolas Sarkozy se expresó de manera que su interlocutor lo entendiera y a mí me parece muy bien que el presidente de la República se exprese como cualquier francés”, argumentó.

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