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Sin vacuna desde los 18

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Siete de cada diez ciudadanos consideran que no ha tenido necesidad, y el 11% “ya se vacunó cuando era niño”. A pesar de estos datos, la mitad de la población señala que la vacunación es, sin duda, una medida de prevención. Tanto, que el 32% la relaciona con la buena salud, y 8 de cada 10 encuestados manifiesta una actitud positiva hacia el cuidado de su propia salud, sin existir diferencias entre hombres y mujeres. Éstas son algunas de conclusiones del Estudio de conocimiento y actitudes en la vacunación del adulto, llevado a cabo por el Grupo de Estudio de Vacunación en el Adulto (GEsVA) y que se presenta hoy en Madrid.

“Estos datos ponen de manifiesto la baja cobertura vacunal en el adulto a pesar de que nadie discute ya que existen algunas enfermedades víricas (gripe, herpes zóster, etc.), bacterianas (infecciones neumocócicas, tétanos, etc.) y otras patologías como el cáncer de cuello de útero…, para las que también los mayores deben recurrir a la vacunación. Sin embargo, el adulto no es consciente de que esta estrategia preventiva supone un elemento de protección necesario para él”, explica el doctor Ramón Cisterna, Jefe de Servicio de Microbiología Clínica y Control de la Infección del Hospital de Basurto (Vizcaya) y coordinador del GEsVA.

Mientras que 8 de cada 10 personas encuestadas admite que la vacunación previene enfermedades, sólo 20% pregunta de forma activa a su médico y cerca del 60% se vacuna por recomendación del médico. De hecho, el médico de atención primaria (en el 44% de los casos) constituye la principal fuente de información, seguida de la información recibida en el centro de salud y de las campañas de televisión. “Es muy importante que la población se informe sobre las vacunas existentes”, añade este experto.

Por su parte, el doctor Ángel Gil, Catedrático de Medicina Preventiva de la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid) y miembro del GEsVA, subraya que una vez pasada la infancia también debe seguirse el calendario vacunal. “Hay enfermedades que afloran durante la edad adulta. Cada año por ejemplo hay de 25 a 30 casos de tétanos en adultos no vacunados. Hay que tener en cuenta, además, que enfermedades como la rubéola no sólo son más graves de mayores, sino que además pueden conllevar serias complicaciones clínicas”.

Con el objetivo de poder tener constancia de las vacunas administradas, así como de la dosis y la fecha, los expertos proponen contar con un carné vacunal, sobre todo “si el adulto se traslada de comunidad autónoma de residencia”, señala el doctor Cisterna. Para la mitad de los encuestados, una cartilla de registro de la vacunación resultaría “un herramienta de utilidad”. Asimismo, el doctor Gil insiste en las ventajas de tener este control, “si cumpliéramos con el calendario, el 95% de las personas que viajan a otros países no necesitarían más vacunas que aquellas muy específicas del lugar de destino”. Los viajes al extranjero son el motivo por el que la cuarta parte de la población se ha vacunado durante la edad adulta.

GRIPE Y TÉTANOS

Las vacunas del tétanos y de la gripe son las más conocidas, seguidas a gran distancia de las de la Hepatitis B, Hepatitis A, la difteria y el neumococo. Así, el 49 y el 41% de la población adulta dice estar vacunada contra el tétanos y la gripe respectivamente.

La recomendación de personal sanitario, o de grupos próximos en el entorno social (trabajo, amistades, etc.), se convierten en el principal motivo por el que los encuestados deciden vacunarse de la gripe. Mientras, la reacción ante una herida, corte o similar es la causa que explica la vacunación del tétanos.

Respecto a la vacuna de la gripe, cabe destacar que mientras que en el sur conocen más la vacuna que en el norte (90%, frente al 84%), se vacunan menos (45% versus 36%). Igualmente ocurre con la vacuna del tétanos. En el caso de la gripe, indica el doctor Gil, “la climatología tiene mucho que ver en esta diferencia de porcentaje en los índices de vacunación”.

Por último, si fuera posible y con independencia de las actitudes ante la vacunación, el sexo o la edad, el 65% de los adultos se vacunaría frente al cáncer y el 42% contra el SIDA.

El “Estudio de conocimiento y actitudes en la vacunación del adulto”, realizado por el GEsVA, analiza los hábitos de vacunación en este grupo de población. Para ello se ha entrevistado a un total de 949 personas entre los 18 y los 84 años de edad de toda.

GRUPO DE ESTUDIO

El uso generalizado de vacunas es una estrategia preventiva. La función de las mismas es aumentar la calida de vida evitando enfermedades. Desde la implantación de la vacuna antivariólica en los años 30 del SXX hasta la actualidad se han desarrollado numerosas vacunas. El impacto de la vacunación sistemática, orientada de modo casi exclusivo a la población infantil ha sido ciertamente espectacular. Algunas de estas vacunas pueden ser administradas durante toda la vida.

La vacunación permite prevenir enfermedades y por tanto mejorar la calidad de vida de las personas. Cada vez más, existe una mayor sensibilización por parte de las autoridades sanitarias con respecto a la prevención de enfermedades.

Además, las enfermedades siempre llevan asociados otros costes derivados del tratamiento de las mismas, las bajas laborales o la pérdida de calidad de vida, entre otros, que se pueden evitar a través de la vacunación. Vacunarse hoy para prevenir mañana. Vacunarse durante la edad adulta evita sufrir ciertas enfermedades durante la vejez.

Ante esta realidad, un grupo de expertos procedentes de las diferentes especialidades que se ocupan de la vacunación, han constituido el Grupo de Estudio de Vacunación en el Adulto (GEsVA), un grupo multidisciplinar sin ánimo de lucro. Su objetivo es divulgar la importancia de la vacunación en el adulto y concienciar de las buenas prácticas vacunales, para contribuir así a la prevención de las enfermedades y la mejora de la calidad de vida de la sociedad y concienciar a la población adulta de la importancia de vacunarse para prevenir enfermedades.

Coordinado por el doctor Ramón Cisterna, Catedrático de Microbiología y Jefe del Servicio de Microbiología Clínica y Control de la Infección del Hospital de Basurto (Bilbao), el GEsVA está formado por los doctores Ángel Gil de Miguel, Catedrático de Medicina Preventiva de ka Universidad Rey Juan Carlos (Madrid); José Luis Viejo Bañuelos, Jefe del Servicio de Neumología del Hospital General Yagüe (Burgos) y José Luis Cañada, Centro de Salud de Algorta-Getxo (Vizcaya).

El GEsVA tiene en marcha el desarrollo de actividades dirigidas a divulgar la importancia de la vacunación en el adulto tales como charlas, simposios o foros de discusión. Entre las primeras actividades, destaca el “Estudio de conocimiento y actitudes en la vacunación del adulto”.

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