Los países europeos del sur piden desde Canarias más esfuerzos en retornos de migrantes
Pechos que son bombas
Los implantes mamarios de silicona pueden convertirse en pequeñas bombas cuando el cuerpo de la mujer que los lleva es incinerado. Los primeros países en llevar a cabo estas operaciones de aumento de pecho están viviendo ya las consecuencias.
Ellos y los familiares de la víctima, que pueden ser obligados a abonar una operación previa a la incineración para retirar los implantes. Los responsables de los crematorios advierten que las prótesis de silicona pueden explotar y dañar el horno crematorio durante la incineración de un fallecido operado.
Al parecer, la silicona necesita una temperatura muy alta para quemarse y que no se alcanza durante la cremación de difuntos. Por ello, una vez terminado el proceso queda derretida y pegada en el horno, acumulándose y estropeando el costoso aparato.
Algunos países, como Inglaterra, han decidido poner fin a este peligro y desgaste, y prohiben incinerar cuerpos con implantes de silicona. Por eso, están obligando a las familias de los difuntos a pagar la operación para retirar estos implantes antes de incinerarlo.
Similar es el caso de las prótesis metálicas que llevan muchas personas. Al ser de materiales muy duros y además caros, como el titanio, que no arden a esa temperatura y permanecen en el horno tras la cremación. Aunque para estos casos ya hay empresas encargadas de recogerlos y venderlos para su reutilización.
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