El Fundación ve futuro más allá del fútbol riojano

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Antonio Hidalgo vive con tranquilidad y una sonrisa la nueva etapa del Fundación. Después de los desvelos, del abandono de Delfín Cañas y de tener que reconstruir en dos días a toda la plantilla, al presidente del club no le molestan las derrotas de su equipo. Sabe que el camino va a ser largo y que muchos jugadores han llegado fuera de forma, incluso sin haber jugado en años, pero se muestra confiado: “A base de entrenamientos para recuperar el físico, de conjuntarse tácticamente y con la ilusión que tienen, yo creo que alguna sorpresa sí que vamos a dar”.

Hidalgo sabe que los equipos quieren resarcirse de las goleadas encajadas en la primera vuelta. El nuevo Fundación es víctima propicia, un equipo que ha “pasado de ser el gallito” a ser recibido con “mucha confianza” por parte de los rivales.En cualquier caso, sabe que no se podía abandonar a un club que tenía la permanencia asegurada.

La duda es si compensa seguir con este equipo hasta final de temporada. O más bien, cuál puede ser su futuro después de eso. Las conversaciones para apoyar al Logroñés siguen avanzando, pero si fallan, Hidalgo no duda en admitir que “el Fundación tiene futuro más allá”.“Una plaza en Tercera puede ser muy interesante, hasta para equipos de fuera de La Rioja”. La idea es que el club pueda servir de “puente” para los jugadores de otros clubes.

Hasta final de temporada, el trayecto va a ser duro, pero Hidalgo agradece los apoyos económicos que está recibiendo. “Nos ayudan a pagar los arbitrajes y otros temas económicos” reconoce. Hidalgo siente, ahora más que nunca, que es un hombre querido por muchos, quien no han dudado en echarle una mano para finiquitar a los jugadores de la anterior plantilla. De hecho, si no abandonó, fue porque le llegaron apoyos, porque su situación económica personal no hubiera podido aguantar más.

En el limbo se quedó un proyecto que, sólo en nóminas de jugadores y cuerpo técnico, se llevaba “27.000 euros al mes”. El presidente asegura que el ya sabía que aquella era una cifra desorbitada: “Pero el entrenador pidió unos jugadores con fichas altas y Delfín Cañas accedió a firmarlas”. Eso sí, desde mayo, de los bolsillos del antiguo benefactor del Fundación sólo ha salido dinero para pagar nómina y media. El resto lo han tenido que poner Hidalgo y quienes le acompañaban.

Delfín Cañas no le ha llamado, pero sí a otra gente del club cuando se enteró de que el Fundación estaba negociando con el Logroñés. Eso, junto a las palabras de otras personas del fútbol riojano, le crean una duda razonable: “En aquella semana, parecía que mucha gente estaba trabajando para que Fundación y Logroñés desapareciesen a la vez, como si alguien le hubiese dicho a Delfín que ahora que los otros no tenían salida, a ver si el Fundación iba a ser el problema”.

De ese equipo sólo queda el esqueleto. Se mantiene como entrenador Emilio Remírez, aunque sólo de nombre. Acudirá a los partidos a firmar para que al club no le sancionen, pero es Paco Sanz quien ejerce como técnico en el resto de todas sus facetas. Ha sido un acuerdo amistoso por ambas partes, una vez solucionadas las diferencias que provocó el polémico partido de Copa Federación contra el Espanyol B.

De la tormenta le quedan cosas negativas y asuntos pendientes por resolver. Por ejemplo, antes del viernes, el Fundación aportará las pruebas suficientes para que la Riojana de Fútbol estudie la actitud del Haro Deportivo en relación al fichaje del portero Gorka. El jugador fue presentado por el equipo riojalteño cuatro días antes de que recibiera la baja del club logroñés. Son las heridas sin cerrar de una pesadilla que ya ha pasado.

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