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Malos tiempos para la lírica

Rioja2

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Tiren de todos los tópicos que se les ocurra: el Logroñés pagó con creces la osadía de querer derrotar al Barakaldo. Tuvo un único error y se convirtió en gol. Y tuvo muchos aciertos, pero ninguno entró. Que sí, que son las cosas del fútbol. Pero cuando tienes todo en contra y, pese a todo, dominas y convences, duele mucho más que la realidad te obligue a hincar la rodilla.

El Logroñés volvió a ser, durante muchos minutos, el buen equipo ofensivo que Quique Setién quería ver. Mostró su mejor cara en ataque y, además, lo hizo contra el cuarto clasificado de la tabla, lo que dio muchas esperanzas a los aficionados blanquirrojos. Los jugadores de Abadía consiguieron que el Barakaldo se acomodase en defensa y ellos comenzaron a llegar en oleadas, en una actitud que duró hasta pasados tres cuartos de partido.

Las primeras ocasiones de gol, muy claras, vinieron en jugadas ensayadas. Los saques de esquina que botaba Santamaría desde banda izquierda llegaban a caer al área sin que los defensores los despejasen. Hasta tres veces consiguió rematar Negredo al borde de la línea de gol, pero Basauri se encargó de librar a su equipo de un tempranero gol en contra. El árbitro también contribuyó al anular un gol por fuera de juego del central del Logroñés. Fue la priemra decisión discutible del colegiado Jorge Pérez.

En el minuto 18, Tomi la tuvo en boca de gol, pero el balón, cedido por Santamaría, le cayó demasiado pronto y no tuvo tiempo para componer la posición de remate.

Con el Logroñés crecido, llegó el primer contratiempo de gravedad. Tomi fue expulsado por agresión sobre Etxaniz. A partir de entonces, y hasta el descanso, los blanquirrojos sufrieron: se vieron desarbolados y tuvieron suerte de que Urrutia, al borde del área pequeña, se resbalase cuando tenía el remate listo para ir a gol.

Tras la vuelta de vestuarios, se repitió la historia. El Logroñés parecía el equipo en superioridad numérica, mientras que el Barakaldo bastante tenía con soportar los veloces ataques del equipo local.

Santamaría rompió por completo a los defensas

del Barakaldo, pero el equipo estaba negado de cara al gol, quizás lo que nunca le había ocurrido al Logroñés. Las ocasiones fueron muchas, pero los locales no remataron la faena. Y todo el mundo tenía en mente una de las leyes fundamentales del fútbol: quien perdona, acaba pagándolo.

El Logroñés, en un semierror, acabó por hacerla realidad. Beltrán, en el minuto 72, se aprovechó de un fallo en la defensa, uno de los pocos que cometió el Logroñés, para superar la salida de Stef.

Ahí se acabó el partido. Curioso que siete minutos antes del gol, el árbitro se comiese un penalti clarísimo sobre Santamaría cuando el blanquirrojo iba a rematar a gol. Pero ya todo daba igual. La intensidad del equipo local se diluyó por completo y el partido se cerró con otra derrota. Injusta y resultadista, como el fútbol en sí. Malos tiempos para la lírica.

FICHA TÉCNICA

Logroñés: Stef, Jorge Campos, Machote, Negredo, Raúl García, Candelas, Santamaría (Omar, 81), Jaume, Tomi, Jose y Zeki (Cyril, 70).

Barakaldo: Basauri, Urbano, Lombraña, Cerro, Etxaniz (Gago, 46), Solaun, Beltrán (Izeta, 75), Koldo (Huegún, 21), Rebollo, Urrutia y Antxon.

Árbitro: Jorge Pérez, del Colegio catalán. Amonesto a Urbano, por el Barakaldo. Expulsó a Tomi (min. 38).

Incidencias: 1500 espectadores en Las Gaunas.

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