La Liga se tiñe de blanco

Rioja2

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El Real Madrid recibió de buen grado el regalo previo del Athletic y aprovechó para ampliar su renta al frente de la Liga, ahora de nueve puntos, aunque necesitó trabajar un partido de alternativas, con un notable Villarreal (3-2), y que sólo se apuntó a diez minutos del final cuando Sneijder anotó el tanto de la victoria instantes después de que los de Pellegrini hubieran firmado el empate. El equipo blanco guardó de nuevo como un tesoro su estadio, que sólo conoce el triunfo en el campeonato doméstico, pese a la amenaza del Villarreal, un conjunto apreciable, de exquisito toque y con arietes de cañón fácil como Rossi u oportunistas como Capdevila.

Pero el Real Madrid sacó provecho de su mejor fútbol y de la fe inquebrantable en la victoria que tanto le aportó su anterior técnico. Nada más empatar el equipo de Pellegrini, los de Chamartín encontraron el tercer y definitivo gol en una gran asistencia de Gago, espectacular en la zona ancha, que culminó el recién salido Sneijder. Antes Robinho se había erigido en protagonista, con dos goles. El carioca ajustó su punto de mira en dos ocasiones para adelantar a los blancos en el marcador. Lo hizo de inicio, en el minuto 9, tras un espectacular pase de Guti y también al comienzo de la segunda mitad después de que Diego López, que volvía al que fuera su estadio, se mostrase como un muro ante sendos disparos de Raúl y Guti.

GAGO DESTACA EN LA ZONA ANCHA.

El Real Madrid mostró determinación para echarle el lazo al título. Y además con notas de buen fútbol, especialmente cuando se asociaron Gago y Guti. El argentino, en su mejor partido como merengue, no sólo cumplió en las labores de destrucción sino que le dio criterio al juego de su equipo. Y Guti transformó en refinadas intenciones muchas de sus intervenciones. De sus botas, espectacular la asistencia del primer gol y la salida al contragolpe en el segundo.

Los de Schuster y Pellegrini rasearon el cuero desde el pitido inicial. Incluso antes de que aparecieran los porteros el marcador ya se había movido. Robinho y Rossi habían traducido en acierto el buen papel de sus compañeros. El Villarreal alternó en el dominio con el Real Madrid, pero le faltó la precisión en la zona de definición para haber sumado en el Bernabéu.

Los locales, por el contrario, contaron con un excelente Robinho en ese apartado del juego. El carioca marcó la diferencia en las porterías y también Casillas, con su habitual intervención cuando el partido concluía. Un pitido final que se celebró con júbilo en el coliseo merengue, no sólo por la sufrida victoria ante el Villarreal sino también por el significado de alejar a sus perseguidores en la lucha por el título y ver ya al Barça al nueve puntos.

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