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Falta de vitamina E y deterioro físico

Rioja2

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Un trabajo de investigación que ha dado a conocer la revista oficial de la Asociación Médica Americana (JAMA) indica que “el declive de la función física que se observa en ancianos suele representar la primera fase de un proceso de deterioro que acaba en la dependencia”.

Un equipo de científicos de la Universidad de Yale (Estados Unidos) ha intentado determinar si los niveles reducidos de micronutrientes en la sangre de personas mayores explica el empeoro de su estado físico.

Con ese propósito, estudiaron a 698 personas mayores de 65baños elegidas al azar entre la población de la región de la Toscana, en Italia. Para medir su estado nutricional y su forma física, los participantes se sometieron a una revisión médica al comenzar la investigación. Se repitieron las pruebas varias veces a lo largo de tres años.

Se midieron los niveles de varios micronutrientes: ácido fólico (también conocido como folato) y vitaminas B6, B12, D y E. El declive físico se definió como pérdida de un punto o más en una escala predeterminada que se estudiaba en cada revisión médica.

El promedio de deterioro físico para todo el grupo fue de 1,1 puntos. Al observar otros factores, se vio que sólo la falta de vitamina E coincidía con un mayor declive. Por ese motivo, se repitieron las pruebas en los pacientes mayores (de 70 a 80 años), para los cuales la relación era aún más clara.

“La teoría de que los antioxidantes -como la vitamina E- desempeñan una función en el origen del deterioro físico y la discapacidad tiene respaldo en estudios anteriores, entre ellos los que asocian el estrés oxidativo con la fatiga muscular, que los antioxidantes ayudan a prevenir”, escriben.

Al menos hay tres mecanismos distintos que pueden explicar la relación entre la carencia de vitamina E y el declive físico: el aumento de estrés oxidativo que afecta a los músculos y al ADN, la exacerbación de la aterosclerosis y otras enfermedades y, por último, el desarrollo de trastornos neurodegenerativos.

Los individuos que participaron en el estudio no tomaron suplementos de vitamina E y, de hecho, los autores no los recomiendan. A su entender, “aproximadamente entre 15 y 30 mg al día de alfa-tocoferol (un componente de la vitamina E) bastan para tener suficiente, y eso es posible incluyendo en la dieta almendras, salsa de tomate y pipas de calabaza, entre otros alimentos”, advierten.

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