En casa del herrero

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Se pone en marcha el Estudio CIGEMA para evaluar el conocimiento, nivel de implementación y aplicabilidad de las Guías Europeas de Manejo de la Hipertensión Arterial. Mejorar el control de la hipertensión arterial (HTA) es uno de los retos más importantes de los especialistas, sobre todo teniendo en cuenta que los últimos datos apuntan que el control de la hipertensión se logra sólo en una tercera parte de los pacientes en Atención Primaria y en aproximadamente la mitad de los

referidos a unidades hospitalarias.

Una mayor y mejor implantación de las guías de manejo de esta enfermedad podría ayudar a mejorar estas cifras, por lo que las diferentes sociedades científicas relacionadas con la hipertensión arterial se han propuesto mejorar su nivel de utilización.

De hecho, la Sociedad Europea de Hipertensión (ESH) ha publicado recientemente de forma conjunta con la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) la actualización de sus guías para el manejo de la HTA, que incorpora los cambios que, basados en la evidencia clínica, se han producido desde que en 2003 se publicó la anterior guía en las diferentes áreas relacionadas con esta enfermedad.

Pero a pesar del esfuerzo que hacen estos organismos por trazar unas pautas de aproximación y tratamiento de esta patología, una de las principales responsables de muerte y discapacidad prematuras, se plantean varios interrogantes sobre su aplicabilidad, si realmente son conocidas por los médicos que deberían aplicarlas o si sus decisiones clínicas se toman en base a los criterios que establecen estas guías.

Por este motivo, se ha puesto en marcha el Estudio CIGEMA (Conocimiento e Implementación de la nueva Guía Europea de Manejo de la hipertensión Arterial), que se está llevando a cabo con el apoyo de Novartis Farmacéutica.

El estudio está coordinado por el doctor José Luis Zamorano, cardiólogo del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, y miembro del comité de revisión de las guías europeas de la ESC. “Este trabajo nos servirá para conocer de primera mano cómo mejorar las guías además de tener datos exactos de su grado de implantación”, señala este experto.

Aunque hasta el momento no existen datos exactos, se estima que alrededor del 45 por ciento de los médicos especialistas son los que siguen estas guías. “Los principales factores por los que el resto no las implementan son el desconocimiento, porque puede que estén algo alejadas de la realidad en la práctica clínica o porque es difícil llegar al paciente objetivo que se describe en estos documentos”, explica el doctor Zamorano.

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