El Logroñés destituye a Quique Setién

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El Logroñés ha dicho basta. Seis meses y medio después de la llegada de Quique Setién el club ha confirmado en la tarde del lunes la noticia de su destitución. La justifica en “la irregularidad del equipo durante la primera vuelta y los malos resultados obtenidos hasta la fecha”. Su sustituto al frente del equipo será el que en su momento fue su principal valedor, el director deportivo de la entidad Agustín Abadía.

La aventura del cántabro en Logroño ha durado menos de lo esperado y, sobre todo, no ha obtenido los resultados esperados. Su llegada a la capital riojana, combinada con las promesas de la directiva, generó una ola de ilusión entra la afición que soñaba con el resurgir deportivo del club. Pero 20 partidos después las cifras blanquirrojas lejos de 'oler' a Segunda, lo hacen a Tercera y el club ha considerado necesario forzar el punto de inflexión que deportivamente no se ha alcanzado.

Setién deja al Logroñés en la decimoctava posición empatado a puntos con Valladolid B y Logroñés CF y con la salvación directa a dos puntos. En este medio año ha logrado en Las Gaunas tres victorias, tres empates y otras tantas derrotas y, lejos del municipal, dos triunfos, tres empates y seis derrotas. Cifras deficitarias que rozan la quiebra cuando se complementan con las defensivas. El Logroñés es, por detrás de la Peña Sport, la peor defensa del grupo II y la tercera peor de la categoría.

Y eso que el estreno de Setién fue prometedor. Juego agradable y vistoso acompañado de goles que disimulaban una inoperancia defensiva que se ha convertido en el lastre del equipo desde el mes de septiembre. Esa combinación permitió a los aficionados incrementar el optimismo en el proyecto del cántabro que empezó a resquebrajarse a principios de noviembre. Tres derrotas consecutivas (Sestao, Lemona y Guijuelo) unidas a los problemas económicos del club generaron una situación atípica en el club y un cruce de declaraciones entre cuerpo técnico y jugadores y directiva de la que Setién no salió bien parado.

Tanto que la cabeza del cántabro ya tenía precio para el primer partido de diciembre. Fue en Guadalajara. Sin victorias aún a domicilio la directiva emitió su primer ultimátum. Lo salvó el cántabro con una inapelable victoria (1-3) pero siete días después el Huesca en Las Gaunas (0-2) lo volvió a activar. Tajonar se convirtió en el segundo salvavidas para el de Santander que perdió otra vez en Las Gaunas frente al filial del Atheltic (1-2).

El parón navideño no llevó tranquilidad al club. Se rumoreó que en el regreso a los entrenamientos Setién ya no estaría al frente del club. Lo estuvo pero sabía que cualquier combinación de resultados que no incluyera una victoria provocaría su destitución. Con el empate en Zamora, pese a ser un rival de 'play off', llegó la última indulgencia. Pero la sentencia ya estaba escrita y Riera, en León, se encargó de rubricarla.

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