Zapatero rinde homenaje a los policías y guardias civiles muertos en 2007

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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, presidió un homenaje a los 20 guardias civiles y siete policías que murieron en acto de servicio en 2007, y defendió que los poderes públicos deben corresponder a “la entrega” de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado mejorando sus condiciones profesionales y sus dotaciones.

“Gracias en nombre de los ciudadanos, gracias en nombre de la libertad, gracias en nombre de la democracia”, dijo Zapatero en un breve discurso durante la austera ceremonia celebrada en los jardines del Palacio de la Moncloa en virtud de un real decreto aprobado en noviembre por el cual se instauró el “Día del homenaje a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado fallecidos en acto de servicio”. La norma establece que cada año, en la primera quincena de enero, se rendirá homenaje a los fallecidos del año anterior.

“Al Gobierno le correspondía instaurar este día de recuerdo y homenaje. Es el Gobierno de España, cualquier gobierno de España, el que está con vosotros, el que os respalda, el que debe atenderos y también el que os pide que continuéis con dedicación, con la máxima profesionalidad y con la máxima entrega”, explicó el jefe del Gobierno en su intervención.

Zapatero hizo hincapié en que la tarea de las fuerzas de seguridad es la “garantía última” del sistema de derechos y libertades del que disfrutan los españoles y afirmó que la sociedad está “en deuda permanente” con quienes “asumen riesgos” y se sacrifican para cumplir con el mandato que les da la Constitución, proteger el ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad.

Así, afirmó que la “la entrega” de los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado “exige correspondencia”, no sólo de la ciudadanía, “que cada vez que tiene ocasión muestra en público su reconocimiento y gratitud”, sino de los poderes públicos.

“La correspondencia también deben manifestarla los poderes públicos, dotándoos de los mejores medios para el cumplimiento de vuestra misión, proporcionando medios más seguros, mejorando vuestras condiciones de trabajo y vuestras condiciones profesionales, modernizando vuestra organización, vuestro despliegue, vuestra regulación, incrementando vuestras dotaciones, ampliando vuestra protección”, añadió Zapatero, insistiendo en que “ese debe ser el compromiso de todos los poderes públicos del Estado”.

ENTREGA DE PLACAS

Flanqueado por los ministros de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba y Defensa, José Antonio Alonso, Zapatero hizo entrega de un documento oficial y una placa conmemorativa a los familiares de 25 fallecidos, 19 guardias civiles y seis policías. Fuentes del Palacio de la Moncloa señalaron que los familiares de las otras dos víctimas no pudieron asistir por motivos personales.

Por su parte, Rubalcaba afirmó que los fallecidos “dieron su vida por proteger los derechos y libertades de sus conciudadanos” y que la “talla moral” de un país se mide también por el reconocimiento y la consideración que hace de esa dedicación. “Lealtad con lealtad se paga”, añadió.

Tras las intervenciones, dos miembros de la Guardia Civil y dos de la Policía Nacional colocaron junto a un mosaico en forma de lágrima una corona de laurel, a los acordes de la 'Muerte de Ase', de la suite nº1 del drama 'Peer Gynt'.

Al acto asistieron además la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Angel Moratinos, junto al presidente del PP, Mariano Rajoy; los presidentes del Congreso de los Diputados y el Senado, Manuel Marín y Javier Rojo; la presidenta del Tribunal Constitucional, Maria Emilia Casas; el del Tribunal Supremo, Francisco José Hernando; y el del Consejo de Estado, Francisco Rubio Llorente.

Acudieron también los portavoces de los grupos parlamentarios en el Congreso y el Senado; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; el nuncio del Vaticano en España, Manuel Monteiro y el defensor del Pueblo, Enrique Múgica. El presidente del Gobierno asistió acompañado por su esposa, Sonsoles Espinosa.

BANDA DE MUSICA MIXTA

Junto a las familias y las autoridades presenció el acto una amplia representación de policías y guardias civiles, entre mandos de ambos Cuerpos y compañeros y jefes directos de los fallecidos. Para la ocasión, miembros de las bandas musicales de Policía y Guardia Civil se entremezclaron para tocar el himno nacional y el homenaje a los caídos.

Rubalcaba asistió acompañado por toda la cúpula de Interior, incluido el secretario de Estado, Antonio Camacho; el director de Policía y Guardia Civil, Joan Mesquida y el subsecretario, Justo Zambrana. Asimismo, presenció el acto el director general de Atención a las Víctimas, José Manuel Rodríguez Uribes y el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Alberto Saiz.

Al término del acto, las autoridades se acercaron a departir y consolar a los familiares de los agentes. Rubalcaba charló unos instantes con el padre de Raúl Centeno, uno de los dos guardias civiles fallecidos en el atentado de Capbreton, cometido el pasado 1 de diciembre. También asistió al acto la familia del otro agente tiroteado por los terroristas aquel día, Fernando Trapero, cuyo padre recogió la placa conmemorativa de manos de Zapatero.

La mayoría de los familiares no podía evitar recoger entre lágrimas la placa de manos del presidente. Todos los fotógrafos recogieron el momento en el que se oyó por megafonía el nombre del teniente de la Guardia Civil Alejandro Valera Juan y su viuda decidió acercarse a recoger la placa con uno de sus hijos, de corta edad, de la mano.

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