Hora de mandar callar

Un presidente que manda callar a sus empleados y les pide que, antes de cobrar, se esfuercen más en su trabajo. Son las cosas del fútbol, las que tienen que soportar los jugadores del Logroñés en la misma semana en la que, por fin, reciben el pago de sus dos nóminas atrasadas.

La de este equipo es una historia recurrente y, pese a lo que opine Juan Hortelano, nada justifica las deudas con la plantilla. Hoy ya se puede hablar de lo deportivo, pedirles un nuevo esfuerzo a los jugadores y esperar que el equipo salga de la crisis que atraviesa y consiga escapar de la zona de peligro.

El Logroñés viaja hasta Pamplona para enfrentarse a un Osasuna B también en puestos bajos. Son dos equipos opuestos: mientras que al Logroñés se le esperaba futbol ofensivo (aunque al realidad no sea para tanto), los rojillos se afanan en defensa.

Por eso puede ser fundamental la participación de Iván Díaz, resposnable de algunos de los mejroes destelllos ofensivos del equipo de Setién, que vuelve a la convocatoria tars estar lesionado. Se cae de ella, además de los ya conocidos (Galiano y Santamaría por sanción, Omar por lesión) el delantero Tomi, con molestias.

De la victoria en Pamplona puede depender que los aficionados y la plantilla del Logroñés pasen unas navidades tranquilas en lo deportivo o, por contra, que se coman el turrón en puestos de descenso.