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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Fiesta blanca ante el Lazio

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El Real Madrid cumplió ante el Lazio (3-1) y resolvió cómodamente su clasificación para octavos de final de la Liga de Campeones como primero de grupo, premisa esencial para Schuster, en un partido al que le arrebató la emoción al cuarto de hora con dos dianas consecutivas de Baptista y Raúl, y que cerró con una parada de Casillas a un lanzamiento de penalti del cuadro italiano. El desequilibrio teórico entre ambos equipos fue palpable en un resultado holgado de los madridistas, quizá en su noche más redonda en el Bernabéu porque ni siquiera asustó a su afición con su habitual endeblez defensiva. Sí es cierto que el Lazio pudo haber variado el rumbo de la que finalmente fue una comedia blanca de haber aprovechado Meghi un balón dentro del área a los nueve minutos.

El Lazio mandó al limbo su única bala, y el Real Madrid no lo haría. Afinó Raúl su particular mira europea con un remate al palo a los diez minutos, pero fue Baptista, de nuevo en el once como premio a su sacrificada labor, quien desperezó el marcador con un endiablado disparo desde la frontal. El estruendo que generó el tanto del brasileño en el estadio tuvo continuidad sólo tres minutos después. Raúl cumplía fielmente con su gol europeo. El 'siete' finiquitaba el partido y disponía a su equipo y afición a vivir una noche más placentera de lo previsto por las urgencias que el propio Real Madrid se había creado con su irregular campaña europea a domicilio.

El marcador reflejaba entonces más goles que juego. El equipo de Schuster sigue sin ser redondo porque le falta continuidad. Sneijder aparecía de manera intermitente y no era capaz de que el juego girara entorno a su figura. Pero el equipo de Chamartín ocupa bien los espacios, aunque Marcelo en ocasiones se desprenda en exceso y abra un hueco enorme para los rivales en el flanco izquierdo. Ese Real Madrid de toda la temporada, convencido y con espíritu ganador, era suficiente para lidiar con un Lazio pequeño, acurrucado y sin argumentos para voltear el escenario y forzar una situación límite en el Bernabéu.

UN REAL MADRID DOMINADOR.

Las consecuencias eran un Real Madrid dominador del encuentro y con mucha intención ofensiva. Además le acompañó la efectividad y en su tercera llegada de peligro convirtió el tercero. Una jugada trenzada que acabó en las botas de Van Nistelrooy y el holandés, generoso, cedió a Robinho para que el brasileño se llevara de nuevo el dedo gordo a la boca. Los de Chamartín echaron el telón al partido al descanso. Ya no había nada en juego salvo minutos de deshecho que Robben no aprovechó. El holandés, que sustituyó a Robinho, lanzó con peligro en dos ocasiones, pero su fútbol, que se preveía vertical, dista del esperado.

Salieron igualmente Guti e Higüaín, y la herida pudo haber sido mayor para el Lazio. El partido fue languideciendo, con el añadido del gol italiano obra de Pandev y del penalti detenido por Casillas en el descuento, a expensas de que el Real Madrid requiera de nuevo el aliento de la Copa de Europa en la eliminatoria de octavos del próximo mes de febrero. FICHA TÉCNICA.

3 - REAL MADRID: Casillas, Ramos, Pepe, Cannavaro, Marcelo, Diarra, Baptista, Sneijder (Guti, min.46), Robinho (Robben, min.46), Raúl y Van Nistelrooy (Higüaín, min.73).

1- LAZIO: Ballotta, Scaloni, Siviglia, Cribari, Zauri, Ledesma (Baronio, min.46), Mudingayi, Mutarelli, Meghni (Manfredini, min.62), Rocchi y Pandev (Makinwa, min.82).

GOLES: 1-0, m. 13: Baptista; 2-0, m. 15. Raúl; 3-0, M. 36: Robinho; 3-1, m. 80: Pandev.

ÁRBITRO: Massimo Busacca (ITA). Sin amonestados.

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