Casi 7 de cada 10 productores de frutas no podrán solicitar ayudas si no se asocian

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Las frutas y hortalizas representan en España el 17% de la Producción Final Agraria; en La Rioja, según datos extraídos de la Estadística Agraria Regional 2005, ese porcentaje se eleva hasta el 31%. De ahí, la notable repercusión de la reforma de la Organización Común del Mercado de este sector en la comunidad. El reglamento, elaborado por la Comisión Europea y aprobado el pasado junio, se ha convertido en fuente de polémica para los productores.

Las ayudas, escasas, según el sector, la burocratización de los trámites para su solicitud y, ante todo, la obligación de tramitarlas a través de las organizaciones de productores (OPFH) son algunos de los puntos que generan mayor controversia.

En concreto, según el nuevo reglamento, los productores de frutas y hortalizas pueden alcanzar una ayuda sólo de hasta un 4,1% del valor de su producción comercializada. “Eso teniendo en cuenta -matiza Jesús García Usón, técnico de la oficina COAG-Valle del Ebro-, que para recibirla el agricultor tiene que poner también dinero de su parte”. Además, solicitar las ayudas exige hacerlo a través de las OPFH. “Eso supone -asegura García Usón- que el 33% de los productores puede tener acceso a ellas, pero el 67% restante se queda fuera”. Incluso, en el supuesto de que hubiera una crisis de mercado, casi siete de cada diez productores de frutas y hortalizas en La Rioja quedarían sin ayudas a la retirada.

En La Rioja, existen actualmente 11 OPFH. Siete de ellas son de Frutas y Hortalizas, dos corresponden a productores de frutos de cáscara, una a productos ya transformados y otra a setas. Éstas agrupan a 2.784 socios y alrededor del 27,20% de la producción comercializada con un valor de 45,85 millones de euros de los 168 que mueve el sector en la comunidad. De las once, 7 OPFH han contado o cuentan con Programas Operativos de mejora de producción, comercialización y gastos generales, para los que ha recibido una media anual de 492,315 euros cada una.

Promover el asociacionismo entre los productores podría ser el camino que tomar, dadas las circunstancias. Sin embargo, muchos lo dudan. “En realidad, los agricultores deberían decidir concentrar su oferta porque ello les beneficie en ahorro de costes o entrada a nuevos y mejores mercados, pero no por las ayudas que puedan recibir”, afirma el técnico de COAG. No en vano, según explica, la burocracia es tan exigente para pedir fondos europeos y las ayudas al sector tan escasas, que hay incluso OPFH que no las solicitan. “No resulta interesante”, apostilla García Usón.

Desde el Gobierno de La Rioja, sin embargo, continúan postulando el asociacionismo como la mejor manera de captar fondos europeos. “Está claro que no sólo deben agruparse por las ayudas, pero sería deseable que se hiciera más”, afirma Juan Antonio Elguea, director general de Desarrollo Rural. “El agricultor riojano ha sido siempre -asegura- reacio a ello”. Quizá, según reconoce, la mala experiencia del productor -especialmente en el caso de las Frutas y Hortalizas- con este tipo de organizaciones lo explicaría

Desde COAG-Valle del Ebro proponen que, frente a todo ello, el Gobierno de La Rioja promueva otras líneas de captación de ayudas a través del Programa de Desarrollo Rural o Agroambiental, por ejemplo, y la promoción de la competitividad a través de la investigación. Opinión que, según sus palabras, parece compartir Elguea: “Más allá de las ayudas, el sector tiene que apostar por la calidad y las marcas de diferenciación”. “Eso es algo que desde el Gobierno estamos apoyando”, defiende.

Según Elguea, la reforma de la OCM “no aporta demasiado” respecto a la anterior, excepto el desacoplamiento de las ayudas en algunos productos. “Por ello -opina- su aplicación no va ser importante ni para bien ni para mal”. Por su parte, Jesús García Usón cree que en su conjunto el nuevo reglamento es muy

complejo en comparación al presupuesto que maneja“. Además, a su parecer, no contempla muchas de las peticiones que el sector había reclamado con el punto de vista puesto en el mercado. Entre ellas, García Usón enumera la necesidad de proteger las fronteras frente a productos de diversa procedencia y terceros países caracterizados por el empleo de mano de obra barata, ”casi esclavos“. Por otro lado, el técnico del COAG recuerda la antigua reclama de creación de un observatorio específico del mercado del sector que ayudara a evitar los abusos de la gran distribución,entre otras cosas.

A todo ello, se añade la petición tampoco escuchada por Bruselas de constituir un fondo específico de gestión de crisis e incluso de haber aumentado las ayudas a la retirada del 4,1% al 6%.

Por último, la reforma tampoco contempla una línea presupuestaria para la promoción, como se incluye, por ejemplo, en la OCM del vino, quedando reducida la inversión a estos efectos de la propuesta inicial de 100 millones de euros a tan sólo ocho.

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