Diabetes y adolescencia, difícil combinación

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Entre los 13 y los 18 años el control de la diabetes empeora, ya que se producen cambios tanto fisiológicos como psicosociales que dificultan un buen control de la enfermedad, según afirmó el psicólogo clínico de la Asociación Navarra de Diabetes, Iñaki Lorente, durante el 'Seminario Práctico de Psicología y Diabetes para padres y adolescentes', celebrado este fin de semana. “Es importante que los padres entiendan la postura de su hijo, y viceversa, así como que aprendan a diferenciar qué aspectos de su actitud se deben a la adolescencia y cuáles a la diabetes para poder negociar con ellos”, explicó el doctor Lorente.

Según informó hoy la Fundación para la Diabetes en un comunicado, el descenso en la adherencia al tratamiento, “jugar con los ajustes de insulina y alimentación” y las salidas nocturnas son algunos de los aspectos del control de la diabetes que más se ven afectados durante esta etapa.

El “debut de la enfermedad”, una complicación o simplemente varios años de la evolución de la misma son otros de los momentos en los que más necesario es el apoyo psicológico. “Aproximadamente a los cinco años de evolución de la enfermedad se produce una desmoralización”, indicó Lorente.

Para solucionar esta situación, el experto recomendó afrontar la enfermedad de una forma positiva, planteándose la posibilidad de “un futuro sin diabetes” y valorando cada uno de los avances que se producen para el tratamiento y que “facilitan el control y mejoran la calidad de vida”.

En este sentido, los psicólogos reunidos durante el seminario sugirieron llevar a cabo algunas medidas para convivir con la diabetes como que los dos miembros de la pareja compartan el seguimiento de la diabetes del hijo, evitando que la responsabilidad recaiga sólo sobre uno de ellos; normalizar la vida con diabetes o compartir experiencias de la vida cotidiana con otras personas en las mismas circunstancias.

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