Placer sin alcohol

La italiana Casa dei Giorgi, que se hizo famosa en España tras lanzar el lambrusco ‘Letizia 5 Lune’ coincidiendo con la boda de los Príncipes de Asturias, es la responsable de 'Bricco Nero'.

Este blanco espumoso, elaborado con uva moscatel y pensado para tomar con patís o con postres, tiene una graduación alcohólica del 5’5%.

Este porcentaje no es posible en los vinos españoles con denominación de origen, puesto que la ley fija la graduación mínima en un 10,5%. Sin embargo, el vino italiano ha incrementado sus ventas un 317% este año.

Desde que entró en vigor el carné por puntos, las bodegas han visto bajar sus ventas un 4% y en el mundo del vino se está infiltrando la producción de vinos con baja graduación o sin alcohol, si bien estos últimos no se pueden calificar legalmente como “vino”.

Durante años se ha investigado la forma de acercase al vino en aromas y sabor reduciendo al mínimo el alcohol. Se denominan vinos desalcoholizados, porque se parte de una elaboración igual a la del vino convencional pero se elimina el alcohol mediante distintas técnicas: por evaporación, reduciendo el contenido de azúcar en los mostos o con paradas de fermentación a 9 grados.

Varios productores y comercializadores franceses atrajeron la atención en SIAL París con vinos sin alcohol elaborados con el apoyo del Instituto Nacional de Investigación Agroalimentaria de Francia. El Bonne Nouvelle de l´Uccoar vende cada año un millón y medio de botellas y en Alemania y Francia se comercializan unos 10 millones de litros al año.

EJEMPLOS EN ESPAÑA

La empresa granadina Espadafor es pionera de este producto en España, con su ‘Semivin’ blanco (elaborado con la variedad Airén) y Semivin tinto (de uvas Bobal y Tempranillo). Se trata de una empresa especializada en bebidas sin alcohol, que comercializa champán, ron y whisky “sin”. Sus productos están presentes en los restaurantes de Malasia, Emiratos Árabes, Indonesia o Filipinas, donde la religión prohíbe el consumo de alcohol a los musulmanes.

La empresa murciana Naturgi, que elabora sus ‘Pol Vignan’ tinto, rosado y blanco con un 0,49% de volumen de alcohol, sostiene que su sistema de extracción de las moléculas de alcohol, a temperaturas por debajo de los 30ºC, permite mantener intactos los polifenoles y los aromas volátiles.

Un grupo de ejecutivos vascos se ha embarcado en crear una bodega de vinos sin alcohol y, en Galicia, la firma Tecnomiza IDI están desarrollando un caldo sin graduación enriquecido con polifenoles.

En este proyecto aún están ensayando la forma de mantener intacto el sabor una vez que el vino ha sido desalcoholización pero parten de la idea de que, si es posible hacer cerveza sin alcohol, también debe ser posible elaborar vino “sin”.

FRANCIA RESUELVE SU PARADOJA

“¿Qué tomar con un buen chuletón de ternera cuando no se puede beber alcohol?”, se pregunta Mathieu Blanschié, especialista en vinos de Galerías Lafayette, en la web de la popular bodega alsaciana La Côte de Vicent.

En ella se elabora vino blanco, rosado, dos tipos de tinto y un espumoso con un 0,3% de alcohol. Su responsable, Bruno Marret, declara que sus vinos ofrecen “el placer de acompañar una comida con vino sin alcohol”.

En Europa se está normalizando este tipo de “no vino” que, según los expertos, no es igual que el auténtico vino pero se le parece lo suficiente para consolar a quienes tienen restringido el consumo de alcohol.

Así es posible encontrar, en la carta del restaurante noruego Emilio´s Tapas Bar, los 'St. Regis' blanco y tinto sin alcohol codeándose con Muga, Viña Ardanza, Castillo de Ygay o Chivite Colección.

Quizá los primeros puedan dar respuesta a la pregunta de Blanschié.