El Sevilla se clasifica para octavos como líder de grupo

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El Sevilla venció este martes al Arsenal (3-1), y firma, de este modo, su pase matemático a los octavos de final de la Liga de Campeones, al tiempo que se coloca líder del Grupo H, a falta de una jornada para que termine esta primera fase de la máxima competición continental.

La principal novedad en el Sevilla era la presencia, en el carril zurdo, de Crespo, que jugaba con una máscara protectora tras su reciente fractura de malar. El Arsenal, por su parte, llegaba a esta cita como líder invicto, sin haber encajado un gol y con un once mezcla de habituales suplentes y titulares, como si su técnico, Arsene Wenger, le diera una importancia menor al partido.

No era el caso de los nervionenses, que salieron muy concentrados desde el primer momento, buscando con pases largos a Luis Fabiano y Kanouté, para soslayar así la circulación del balón y la jerarquía de Cesc en el centro del campo.

Pero el Arsenal no tiene nada que ver con rivales tan paupérrimos como el Steaua o el Slavia, los otros componentes de este grupo de la 'Champions'. Los británicos tenían bien estudiado al Sevilla, y sabían que su punto débil estaba en la defensa. Fue así como, tras dos fallos sin consecuencias, a la tercera 'cantada' de la zaga local el danés Bendtner se la puso en boca de gol a Eduardo que, ante el desconcierto de Palop, la empujó al fondo de la red, cuando sólo se llevaban 11 minutos de juego.

El fútbol de los 'gunners' era de verdadero lujo, con unas triangulaciones ejecutadas con pasmosa calma, que impedían a los de Manolo Jiménez meter baza. Y es que con Alves a medio gas, Adriano sin ritmo, y los hombres de arriba bien controlados por los londinenses, el partido pintaba mal para el Sevilla.

Sólo un error de la defensa visitante podía producir el empate, y eso fue lo que sucedió en el minuto 24, cuando Navas se aprovechó de un 'regalo' de Senderos y Keita, desde fuera del área, clavó un tremendo obús en las mallas de Almunia.

El 1-1 equilibró no sólo el marcador, sino también el juego. Pero el Arsenal tenía ahora problemas en retaguardia, y un mal pase de Traoré estuvo a punto de transformarlo Luis Fabiano en el segundo de su equipo, aunque el carioca, muy lento, no acertó a definir. Sin embargo, y como es tradicional en él, 'O Fabuloso', que está en plena vena goleadora, no tardó en resarcirse, y poco después firmaba la remontada con un cabezazo a bote de una falta, ante el que Almunia no pudo hacer nada.

Con el partido jugándose a un ritmo trepidante Kanouté pudo incluso poner el 3-1 antes de la pausa, pero su tiro, con Almunia batido, se fue rozando el palo. En la reanudación el Arsenal, que salió al ataque, reclamó un posible penalti, aunque la presión del Sevilla y la autoridad atrás de Dragutinovic le impedían obtener frutos. Wenger movió banquillo y metió a Rosicky en lugar de un desdibujado Cesc.

Pero, con el marcador a favor, el Sevilla iba a disfrutar de sus mejores minutos, mandando y gustando con su juego e incluso estuvo a punto de disfrutar de un penalti, pitado primero por el árbitro, y anulado luego a instancias de su asistente. A medida que pasaban los minutos el Arsenal, que echaba claramente de menos a aquellos jugadores decisivos de los que había prescindido su propio entrenador, se iba diluyendo.

El mismo Wenger se dio cuenta de ello, pero lo único que logró fue acabar expulsado por sus protestas, cuando ya no quedaba tiempo más que para asumir la derrota que, al final, con un penalti sobre Kanouté, ahora, sí, pitado por el colegiado, se plasmó, con el 3-1 definitivo.

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