No a la cultura del odio: Los Centros Jóvenes de Logroño elaboran un decálogo de prevención

No a la cultura del odio: Los Centros Jóvenes de Logroño elaboran un decálogo de prevención

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Los usuarios y usuarias de los Centros Jóvenes del Ayuntamiento de Logroño El Tacón, el Cubo y Lobete han elaborado un decálogo para la prevención de la cultura del odio con propuestas y acciones concretas y han propuesto una campaña de promoción de la cultura de la tolerancia y el respeto.

La concejala de Juventud, Beatriz Nalda, ha explicado que el Ayuntamiento forma parte de la red ‘Ciudades educadoras’, que este año tiene como una de sus líneas de trabajo ‘La ciudad educadora frente a la cultura del odio’. Los centros jóvenes municipales desde hace varios años desarrollan actividades orientadas a la prevención de la cultura del odio en el ámbito del tiempo libre, como uno de los ejes vertebrales de su proyecto educativo.

En estos espacios públicos, dirigidos a jóvenes de 11 a 18 años y a sus familias, se llevan a cabo actividades que promueven el desarrollo personal, habilidades para la vida y una educación en valores, basada en la tolerancia y en el respeto. Además, en colaboración con la unidad de Educación y en la línea de trabajo de la red ‘La ciudad educadora frente a la cultura del odio’, se han organizado diferentes actividades interculturales y solidarias, como la celebración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y el Día Internacional de la Mujer para debatir y reflexionar sobre actitudes machistas a través del visionado de cortometrajes; el Día Internacional de la No Violencia, con la creación de un mural colaborativo; el Día Internacional del tatuaje, el Día Internacional del Arte Islámico y el Día de la Lengua China, para promover la tolerancia ante la diversidad, romper con estereotipos y prejuicios sociales de un modo creativo y dar a conocer otras culturas.

Asimismo, se han celebrado talleres de comida orientados a combatir la discriminación mediante el conocimiento de platos de diferentes países; un Karaoke para trabajar el respeto de los gustos ajenos y analizar las letras sexistas y discriminatorias de algunas letras de canciones; o la celebración del Outfit Day con un desfile en el que los chicos portaron ropa de chicas y viceversa para sensibilizar sobre la igualdad de género y concienciar sobre la gente transgénero.

También se han realizado talleres para aprender el lenguaje de signos, impulsado acciones solidarias con ‘Juguetes a cambio de chocolate’ o el ‘Mes Operación Kilo’, celebrado el Día mundial de las enfermedades raras para promover la empatía y el respeto hacia las personas que las padecen, charlas para el buen uso de las redes sociales; entre muchas otras propuestas.

Mediante estas actividades, ha comentado la concejala Nalda, “se ha fomentado en las y los jóvenes la reflexión crítica sobre las actitudes y comportamientos que contribuyen a la cultura del odio y se ha promovido el diálogo y la discusión constructiva, aumentado su concienciación sobre la importancia de la tolerancia, la inclusión y el respeto hacia todas las personas”.

Asimismo, se ha contribuido a que los y las adolescentes “desarrollen habilidades para la resolución de conflictos de manera pacífica, a través del diálogo, la comprensión y el respeto para que se conviertan en líderes positivos en su comunidad que promuevan soluciones y acciones en favor de una cultura multicultural y de tolerancia alejadas de la cultura del odio”.

El decálogo

Como consecuencia de todo este trabajo desarrollado, desde los Centros Jóvenes se planteó a las personas usuarias la creación de un decálogo con acciones concretas que los y las adolescentes pudieran adoptar para prevenir la cultura del odio en su vida diaria y en la comunidad.

Este decálogo se ha elaborado tras un proceso participativo de identificación de situaciones diarias que pueden conducir a la cultura del odio, seguido de un periodo reflexivo para plantear acciones específicas para fomentar una cultura positiva.

Durante este proceso, los jóvenes participantes realizaron un listado de situaciones y actitudes de odio que sufren: el acoso escolar y ciberacoso, comentarios despectivos sobre la apariencia física, bromas o comentarios discriminatorios, ataques verbales o físicos por motivos de género, raza, orientación sexual, religión, discapacidad, entre otros.

También registraron en ese listado actitudes negativas como la atribución de características negativas a un grupo específico, la intolerancia hacia ciertas religiones o creencias, la exclusión o marginación de ciertos grupos, el uso de lenguaje ofensivo, la difusión de noticias falsas o desinformación para promover el odio o la discriminación, bromas o comentarios despectivos sobre la edad, la intimidación por personas en posición de poder, la exclusión de alguien por su nivel económico, las amenazas o agresiones hacia grupos específicos, la creencia de que una orientación sexual o identidad de género es mala o incorrecta, el uso de estereotipos culturales para hacer daño, la falta de apoyo o inclusión de personas con discapacidades o necesidades especiales, la negación de la existencia de prejuicios y discriminación en la sociedad, la creencia de que una raza o etnia es superior, la discriminación laboral o educativa basada en motivos de género, edad, raza, la negación de los derechos básicos de una persona o grupo de personas.

Frente a estas actitudes, las personas participantes de este proceso proponen como estrategia para evitar la cultura del odio la educación, para conocer las diferentes culturas, religiones, orientaciones sexuales y aprender a valorar las diferencias y a respetar a las personas; el diálogo para construir puentes entre personas y prevenir la polarización y el odio; la empatía, para ponerse en el lugar de la otra persona y comprender mejor la perspectiva y los sentimientos de los demás; el liderazgo, como medio de convertirse en personas que promuevan la inclusión y el respeto en tu comunidad; la participación activa en actividades y organizaciones que promueven la igualdad y la justicia; la denuncia de los actos de discriminación y odio; la reflexión de las propias actitudes y comportamientos para no contribuir a la cultura del odio y la tolerancia para tratar a todas las personas con dignidad y respeto.

El decálogo final que han elaborado para evitar la cultura del odio y que se ha presentado en la red de ‘Ciudades educadoras frente a la cultura del odio’ recoge los siguientes puntos:

  1. Fomenta la empatía: trata de ponerte en el lugar de otras personas y entender sus perspectivas y sentimientos.
  2. Práctica la tolerancia: respeta las diferencias culturales, religiosas, étnicas y de género.
  3. Evita el lenguaje ofensivo: no uses palabras o expresiones que puedan ofender o denigrar a otras personas.
  4. Aprende a comunicarte de manera efectiva: utiliza un lenguaje claro y preciso para evitar malentendidos.
  5. Escucha a los demás: presta atención a lo que los demás tienen que decir y demuestra interés y respeto hacia sus opiniones.
  6. Promueve la educación y la comprensión: aprende sobre diferentes culturas y comunidades para fomentar una mejor comprensión y tolerancia.
  7. No discrimines: no discrimines a las personas en función de su género, raza, religión, orientación sexual, etc.
  8. Practica la paciencia: no te enfurezcas o te frustres con facilidad. Trata de abordar las situaciones de manera calmada y racional.
  9. Sé un modelo a seguir: da ejemplo a los demás al promover la cultura del respeto y la tolerancia.
  10. Participa en la construcción de una sociedad más inclusiva: trabaja para construir una comunidad que promueva la igualdad y la justicia para todas las personas.

Campaña ‘X el ocio sin el odio’

Para reforzar este decálogo, los jóvenes participantes proponen también una campaña dirigida a adolescentes para promover la tolerancia y el respeto hacia todas las personas y concienciar sobre las consecuencias negativas de la cultura del odio con el lema ‘X el ocio sin el odio’.

El objetivo de esta campaña, que se pretende difundir en los centros escolares, es inspirar y empoderar a los adolescentes para que sean agentes de cambio en sus comunidades y trabajen juntos para crear un mundo más tolerante y respetuoso.

Esta campaña plantea la realización de videos cortos en los que los propios adolescentes hablen sobre la importancia de la tolerancia; el uso de las redes sociales para difundir mensajes positivos y crear conciencia sobre los aspectos negativos de la cultura del odio; el diseño de carteles con mensajes inspiradores y su colocación en los colegios y en la comunidad; la organización de conferencias con personas expertas en temas como la discriminación, el acoso y el bullying dirigidas a la juventud para que aprendan cómo ayudar a prevenir estas situaciones; la realización de talleres para que los adolescentes puedan hablar sobre sus experiencias personales y aprendan habilidades para resolver conflictos de manera pacífica, mediante el diálogo y la comprensión; establecer alianzas con organizaciones locales que luchan contra la discriminación y el odio para aumentar el impacto de la campaña.

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