Arrestados cuatro atracadores de bancos

Agentes de la Guardia Civil han detenido a cuatro personas como presuntos integrantes de una banda que perpetró siete atracos en entidades bancarias de Madrid y Toledo. Dos de los arrestados se encargaban de planear y ejecutar los robos, mientras los otros dos les facilitaban las armas para llevarlos a cabo.

Según informó hoy el Instituto Armado, la investigación que ha dado como fruto la detención de estos presuntos delincuentes comenzó el pasado mes de febrero en la localidad de San Agustín de Guadalix, donde se cometió uno de los primeros atracos.

Tras tomar declaración a los testigos de los hechos, la Guardia Civil determinó que en el robo habían participado únicamente dos personas y que habían empleado una pistola para amedrentar a los empleados y así poder llevar a buen términos sus planes.

Ante las sospechas de que pudiera tratarse de ladrones habituales de entidades bancarias, los agentes de la Benemérita iniciaron una serie de contactos con otras Comandancias del Cuerpo a fin de buscar similitudes con otros hechos ocurridos en esas fechas.

Los agentes no tardaron en obtener sus frutos, ya que lograron encontrar varios robos de características similares en Toledo donde la coincidencia del 'modus operandi' y los rasgos físicos de los autores eran idénticos. Gracias a este cruce de información se identificó a F.O.G., de 46 años, que finalmente fue detenido el 5 de octubre junto a F.J.H.B., de 38 años.

Ambos acababan de cometer un robo con intimidación en la localidad de Alcobendas en una sucursal bancaria de donde habían logrado sustraer 36.900 euros. Además, se les intervinieron dos pistolas, una del calibre 6,35 municionada y lista para disparar, y otra del calibre 9 mm parabellum.

Las primeras pesquisas apuntaron que ambos detenidos eran toxicómanos y realizaban todos sus actos delictivos vestidos con traje y corbata, ocultando su rostro con pantys de mujer. Según la Benemérita, estudiaban con mucha antelación la sucursal a atracar, eligiendo horas en las que no hubiera clientes.

Siempre preferían madrugar y, mientras que uno permanecía en todo momento amenazando a un empleado hasta que se producía la apertura de la caja fuerte, el otro retenía al resto de empleados y clientes, si los hubiera, en otra habitación, asegurándose de arrebatarles los teléfonos móviles y dejarlos encerrados hasta que huían.

Los ahora detenidos utilizaron la violencia física al menos en una ocasión cuando los empleados se resistieron a facilitar la combinación para la apertura de los dispensadores de dinero.

Las investigaciones de los agentes continuaron hasta que consiguieron localizar a las personas que vendieron a los atracadores la pistola utilizada en los robos, la cual tenía la numeración robada.