El seguimiento riguroso da resultados en esclerosis múltiple

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A la mayor parte de estos pacientes se les ha diagnosticado esta patología neourodegenerativa a una edad relativamente joven, lo que la convierte en la enfermedad más frecuente en adultos de entre 20 y 40 años y una de las causas más frecuentes de discapacidad en este grupo de edad tras los accidentes automovilísticos.

Un proceso inflamatorio es la causa principal de esta enfermedad autoinmune. Con la evolución de la dolencia, se produce una neurodegeneración que afecta a la mielina, lo que facilita la formación de placas escleróticas que dificultan el funcionamiento normal de las fibras nerviosas.

“Para optimizar los tratamientos actuales es preciso hacer un seguimiento a los pacientes de forma periódica cada tres o seis meses y realizar una resonancia magnética al menos una vez al año”. Así lo afirma el doctor Oscar Fernández, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Carlos Haya, de Málaga, en el simposium científico ‘Nuevo paradigma en el tratamiento de la esclerosis múltiple’, que ha contado con el apoyo de Biogen Idec. Esta reunión se ha celebrado en el marco de la LIX Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología, que se celebra hasta el 24 de noviembre en Barcelona.

Según el doctor Fernández, “gracias a este seguimiento periódico podemos averiguar si la enfermedad se encuentra en actividad, en cuyo caso, podemos utilizar algoritmos terapéuticos, que están disponibles para cualquier neurólogo, y que nos indican en qué momento debemos actuar”.

Los síntomas más comunes de la EM van desde la visión borrosa, el dolor al movilizar el globo ocular, entumecimiento de las extremidades, hasta problemas de fuerza o alteración de la marcha.

El 80 por ciento de los pacientes con EM presentan un curso recurrente con exacerbación y mejora de los síntomas y su calidad de vida se reduce al equivalente de 3 ó 4 meses completos cada año. A lo largo de estos episodios inflamatorios y recaídas clínicas, la conducción cerebral se deteriora paulatinamente. Además, los síntomas que se presentan pueden tener curación completa, pero también parcial.

“En la actualidad la mayoría de los neurólogos ya aceptan el hecho de que cualquier signo de actividad de esta enfermedad es negativo, y debe hacerles plantearse la posibilidad de algún cambio en la actitud terapéutica”, subraya el doctor Fernández. “No debemos tolerar ningún tipo de actividad y de progresión de la EM”.

La principal causa de la EM es una respuesta anómala del sistema inmunitario, donde los linfocitos migran a través de la barrera hematoencefálica hasta el cerebro, lo que hace que se destruya la mielina que recubre los axones neuronales. El sistema nervioso central no tiene la capacidad suficiente para reparar las áreas cerebrales afectadas por esta desmielinización, situación que se agrava si los ataques inflamatorios son muy repetidos. En este caso se producen cicatrices en el tejido nervioso, y una de sus consecuencias más importantes es la pérdida neuronal.

Una forma de ralentizar el deterioro cerebral es impedir la migración de linfocitos del sistema inmunitario al sistema nervioso central. Ésta es la acción de natalizumab, un anticuerpo monoclonal que impide que se produzca el fenómeno inflamatorio y que el Ministerio de Sanidad ha aprobado hace escasos meses.

Este nuevo fármaco presenta diferencias sustanciales con el arsenal terapéutico tradicional, ya que es capaz de reducir el número de botes en pacientes con EM hasta un 70 por ciento. “la experiencia durante estos meses de aplicación ha sido muy buen. De todas formas, algunos neurólogos hemos participado en los ensayos clínicos por lo que llevamos ya hasta tres años familiarizados con este fármaco con unos resultados muy positivos”, destaca el doctor Fernández.

Natalizumab está indicado para pacientes con EM remitente-recidivante que a pesar de estar siendo tratados con fármacos convencionales continúan teniendo brotes de forma continuada, o para aquellos que debutan con una forma muy agresiva de EM. Para el doctor Fernández, “gracias a este nuevo tratamiento disponemos de un arma eficaz para esta enfermedad, lo que supone un avance notable que permite un mejor control de la actividad de esta dolencia, lo que repercute también de forma positiva en la salud y calidad de vida de las personas afectadas”.

La implantación de este nuevo tratamiento no ha sido equitativa en toda la geografía española y actualmente existen diferencias marcadas entre las comunidades autónomas. “Esta situación se puede deber a la agilidad burocrática en la aprobación de los tratamientos por los comités de las diferentes regiones”, apunta el jefe del Servicio de Neurología del Hospital Carlos Haya.

Por otro lado, durante estos meses no se ha podido llegar aún a tratar con natalizumab a todos los pacientes que necesitan tratamiento, bien porque muchos permanecen pendientes de ser tratados o porque están pendientes de aprobación y evaluación. “Es previsible que este número se incremente y puedan beneficiarse más pacientes de esta terapia que supone un importante cambio en el tratamiento de la EM”.

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