El 51% de las personas encuestadas por el Observatorio de la Juventud de Logroño han sentido discriminación

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El alcalde de Logroño, Pablo Hermoso de Mendoza, junto con la concejala de Juventud, Beatriz Nalda, ha participado esta mañana en la presentación del monográfico ‘Jóvenes, diversidad y homofobia’ que ha realizado el y ha estado dirigido por el sociólogo Luis Alberto Sanvicens.

En el acto de presentación de este estudio promovido por la Unidad de Juventud del Ayuntamiento de Logroño, Pablo Hermoso de Mendoza ha destacado la diversidad como “una riqueza, un estímulo y una oportunidad para convivir”.

La diversidad afectivo sexual, racial, cultural y social nos permite llevar a cabo un ejercicio diario de civismo en esta ciudad en la que, además de que nadie debiera sentirse extranjero, venga de donde venga, tampoco nadie debiera sentirse juzgado por su opción sexual o por sus creencias o modos de vida, en el marco del respeto y la educación cívica que siempre alentamos“.

El Observatorio de la Juventud de la ciudad de Logroño, ha indicado, “ha puesto la mirada en la diversidad, en las buenas prácticas que nos permiten seguir configurando políticas públicas que ayuden a la mejora de la convivencia. La aprobación del pleno municipal de todos los grupos del II Plan de Interculturalidad de Logroño ayuda a este objetivo”.

El alcalde ha señalado que espera que este estudio realizado por el Ayuntamiento de Logroño “nos haga reflexionar y aporte mayor conocimiento sobre la diversidad, un aspecto destacado y central en la convivencia democrática de nuestra ciudad”.

El Observatorio de la Juventud de la ciudad de Logroño tiene entre sus cometidos analizar y evaluar aspectos vinculados con la juventud para generar información que sirva para orientar las políticas municipales dirigidas a la juventud de la ciudad. En esta línea, realiza monográficos sobre temas de juventud, analiza datos cuantitativos sobre jóvenes, divulga investigaciones sobre este colectivo y organiza de jornadas técnicas para abordar temas que afectan de forma relevante a la juventud logroñesa.

En este caso, el Observatorio ha realizado este monográficos sobre ‘Jóvenes, diversidad y homofobia’ para, según el sociólogo Luis Alberto Sanvicens que ha dirigido este estudio, “acercar buenas prácticas que se pueden desarrollar para prevenir comportamientos y actitudes homófobas, principalmente entre jóvenes y adolescentes”. Además, ha explicado, “ofrece una introducción teórica al concepto de la homofobia y se explican los motivos por los que existe, presenta datos extraídos de estadísticas oficiales y de estudios europeos sobre la homofobia y expone resultados estadísticos sobre actitudes de la juventud acerca de la diversidad sexual en nuestra sociedad”.

En el monográfico se define la homofobia como una actitud hostil hacia la homosexualidad que se expresa en diferentes formas activas de violencia física y verbal y en un rechazo silencioso e institucionalizado hacia las personas identificadas como homosexuales que limita su acceso a derechos, espacios, reconocimiento, prestigio o poder. Y, según se detalla, la homofobia no afecta solo a los homosexuales sino a todas las personas que no se adaptan a los estereotipos de género.

De acuerdo la encuesta elaborada por el Ministerio del Interior sobre los delitos de odio, que incluyen los relativos a los cometidos por la orientación sexual e identidad de género, “nueve de cada diez víctimas (89,24%) no ha denunciado los delitos de odio que ha sufrido”. Esto refleja que últimos datos que ofrecen los informes anuales del Ministerio, que sitúan los delitos por orientación sexual e identidad de género por debajo del 20%, “no son mas que la punta del iceberg de la realidad existente”.

Los delitos de odio, como ataques a la dignidad de la persona y expresiones extremas de discriminación, son considerados como una violación de los valores sobre los que se funda el espíritu europeo. Por eso, la Agencia para los Derechos Fundamentales de la Unión Europea elabora documentos e investigaciones sobre la incidencia de este tipo de delitos. Según el informe publicado en mayo de 2020 ‘EU-LGTBI. A long way to go for LGTBI equality’, un 11% de las personas encuestadas declaró haber sido víctima, en al menos una ocasión de un acto de violencia física o sexual por su condición LGTBI en los cinco años previos a la realización del estudio. El informe recoge que España, con un 8%, es uno de los países que tiene una baja prevalencia de actos de violencia por ser LGTBI. Pero, paradójicamente, presenta una tasa más bien alta de actos de acoso contra este mismo colectivo.

A pesar de eso, se señala que la aceptación de la diversidad sexual no se presenta en igual grado entre el conjunto de la población española. El monográfico recoge la existencia de menor homofobia entre la población joven que entre la población de mayor edad. “la gran mayoría de la juventud española tiene actitudes favorables hacia la homosexualidad. Así, en el Sondeo Jóvenes y Diversidad Sexual, más de un 80% de los jóvenes manifestó estar poco o nada de acuerdo en considerar la homosexualidad como una enfermedad y el 90,8% era favorable al matrimonio homosexual, siendo la proporción de chicas más favorable (94,2%) que el de los chicos (87,6%).

Los datos de la Encuesta Social Europea de 2018 avalan que la juventud de 15 a 29 años destaca sobre el resto de la población, especialmente sobre las personas mayores de 70 años, por tener un posicionamiento favorable hacia la homosexualidad. También, ratifican “una mayor tolerancia y aceptación de gays y lesbianas entre los jóvenes españoles que entre el conjunto de los jóvenes de los países de la UE”.

A pesar de lo anteriormente expuesto, Luis Alberto Sanvicens ha resaltado que, según los estudios del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, los jóvenes españoles siguen percibiendo que la orientación sexual es una de las principales causas por las que se es discriminado en España. Conforme al Barómetro Juvenil 2019, tres de cada cuatro jóvenes consideraban haberse sentido discriminados en alguna ocasión, principalmente, por el origen étnico o racial (55%), por género (53,7%), por orientación sexual (38%), lo que supone que casi cuatro de cada diez consideraron esta causa como una de las principales para ser discriminado en España.

Resultados en Logroño

En el ámbito local, las experiencias de discriminación fueron analizadas en el informe ‘Situación de los Jóvenes logroñeses de 18 a 35 años’ realizado en 2019 quedó reflejado que el 51,7% de los 446 jóvenes encuestados manifestaron haberse sentido discriminados en Logroño y los tres motivos más señalados fueron el sexo (21,7%), por el aspecto físico (21,2%) y por la edad (20%). La opción y orientación sexual fue referida como causa de discriminación por el 3,9%.

Por lo tanto, “aunque los jóvenes se autodefinan como tolerantes hacia la diversidad sexual, admiten que, a nivel global, la sociedad no lo es y mayoritariamente piensan que no se llevan a cabo los esfuerzos suficientes para luchar contra las distintas formas de discriminación que se dan en nuestra sociedad”.

El monográfico ‘Jóvenes, diversidad y homofobia’ también recoge una entrevista con al antropólogo José Antonio Langarita, profesor de la Universidad de Girona que tiene entre sus líneas de investigación el colectivo LGTB y la homofobia y ha participado en diversos proyectos internacionales, entre los que destaca el dedicado a la prevención de la y lucha contra la homofobia y la transfobia en pequeñas y medianas ciudades europeas.

En esta entrevista destaca que la juventud “está mostrando un cambio muy interesante en lo que respecta a la sexualidad y al género”. La sociedad adulta, apunta, “se ha encargado de ejercer todo el adultocentrismo y todos los mecanismos de poder posibles para reproducir estándares sexuales y de género y, afortunadamente, una parte de la población joven está haciendo diferentes ejercicios de disidencia y de resistencia al mandato adultocéntrico”.

De acuerda con la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, indica, “el 40% de la población LGTBI encuestada en el estado español ha experimentado situaciones de bullying en la escuela”. Pero, según Langarita, “el problema no está en los jóvenes, está en que la sociedad adulta hemos querido inculcar unas lógicas sexuales y de género profundamente opresoras”.

En la entrevista, José Antonio Langarita, destaca que hasta hace muy poco no había políticas públicas dirigidas al colectivo LGTB y ha sido desde hace 10 años cuando las administraciones públicas han empezado a ponerlas en marcha. En su opinión, “las políticas LGTB se deben pensar de acuerdo a las realidades locales, desde nuestros propios contextos” y enmarcarse dentro de una promoción genérica de la diversidad como un valor de nuestras sociedades, de la que se debe disfrutar y aprender.

Asimismo, recomienda ofrecer servicios específicos, sobre todo en el ámbito de la salud; realizar acciones simbólicas, como colgar la bandera del Orgullo o hacer declaraciones institucionales de rechazo a la homofobia; hacer formación y sensibilización a profesionales de diversos ámbitos (profesorado, policías, funcionariado) y llevar a cabo políticas transversales que integren la diversidad (ej: campañas de promoción turística).

El profesor Langarita considera muy importante que se cuente con una ley que ampare y proteja la diversidad sexual y de género, pero no es suficiente. Es necesario que esté dotada de recursos económicos para que se pueda llevar a cabo.

Por otra parte, subraya la importancia de fomentar las buenas prácticas, como el grupo de diversidad LGTB creado en el instituto de Torroella de Montgri, o el corto para combatir la homofobia realizado el instituto de Olot o los manuales editados por el Ayuntamiento de Zaragoza ‘Somos Amor’ que presenta diversos tipos de familia; o la aplicación Diversity and Chidhood’ para jóvenes y adolescentes.

Pero, además de la voluntad y los recursos económicos, subraya la necesidad e incorporar la cuestión de la diversidad sexual y de género en la formación del profesorado y darles apoyo institucional para que se sientan respaldados para desarrollar actividades de sensibilización en los colegios sobre diversidad sexual o para luchar contra la homofobia.

Pero, sobre todo, concluye, el reto más importante es la transformación social. Es importante desplegar este tipo de acciones “de una manera integral y en todos los ciclos de la vida”.

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