Juicio por el intento de asesinato machista en Azagra: “entró gritando que me iba a matar”

3 de febrero de 2023 12:00h

Este jueves comenzaba en Pamplona el juicio contra Santiago Martínez por el intento de asesinato machista contra su entonces pareja, una enfermera que trabajaba en el centro de salud de Quel, en febrero de 2021.

El fiscal pide 14 años y medio de prisión, otros diez en libertad vigilada y la prohibición de comunicación con la víctima y su alejamiento de 500 metros por 20 años, además de una indemnización económica para la víctima en concepto de daño moral. La acusación particular eleva su petición a 15 años de cárcel.

La víctima sufre graves secuelas neurológicas que le afectan a la conducta y el ánimo, también al habla, no distingue entre frío y calor, se ayuda de un bastón para caminar y no puede mover la mano izquierda tras una violenta agresión con una barra de hierro.

Según ha recogido Noticias de Navarra, la propia mujer declaraba ayer acompañada de su hermana y de la directora de la Oficina de las Víctimas de Delito por recomendación de los forenses. “Te voy a matar, te voy a matar, me tienes harto, no me vas a joder más”, recordó la víctima que le gritaba su agresor al entrar a su habitación con un bastón de hierro cuando se iba a levantar de la cama. Después le golpeó en la cabeza con la barra y ya no recuerda más. Ha relatado también que desde hace años ella quería separarse “pero él no me dejaba” y que el día de los hechos él la agredió sin ninguna discusión previa.

El acusado, que también declaró el jueves, dijo no recordar los hechos, pero sí que “al despertar” de ese episodio vio que llevaba un bastón metálico en la mano y que su pareja estaba tumbada en el suelo. También ha incurrido en contradicciones al señalar que “no vió mucha sangre”, cuando la víctima resultó herida muy grave con muchos golpes en la cabeza. Cuando ocurrió la agresión machista, él mismo se entregó a la Policía Foral en Estella declarando “creer haber matado a su mujer”.

“Me destrozó, los médicos dijeron que me moría”, dijo la propia víctima a los medios de comunicación a la entrada de juicio, que se extiende hasta este viernes. La mujer estuvo ingresada tres meses en la UCI del hosital San Juan de Dios y, aunque salvó la vida, está incapacitada para trabajar y conducir y todavía no sabe qué secuelas serán permanentes.