La Villa de Ocón celebra la Navidad con su Belén y su popular árbol de ganchillo

Este domingo La Villa de Ocón ha inaugurado su Belén monumental en el coro de su Iglesia, tras no exponerse durante la pandemia. Con un tamaño de 20 metros cuadrados, la elaboración, que vio la luz por primera vez en 2008, es una miniatura del pueblo en la que pueden distinguirse cómo lucían sus calles y casas hace 50 años. “Está la de Josefina, también la de mi madre…”, enumera con orgullo Inmaculada Ortega, vecina del municipio y presidenta de su Asociación de Mayores. Al fondo, una pintura de Paquita Ortiz, refleja el paisaje del valle: “el monte de la Villa, con su castillo del siglo IX”, describe.

Esta obra que cuenta con las manos de todo el pueblo, a través de su Asociación Cultural, es coordinada por el belenista Ángel Blanco es otro de los ejemplos de cómo las vecinas y vecinos de la Villa se unen para dar vida al pueblo, sumándose este decorado navideño a otro de gran popularidad: su árbol de ganchillo, que desde el día 11 luce en la plaza.

El origen de este árbol, cuenta Ortega, reside en un taller que realizó la artesana Merche Figueras en Aldealobos, a partir del cual tejieron banderines morados en días como el 25N y el 8M, una manera de juntarse mujeres entorno al feminismo y “tejer redes de apoyo”. Además, en Pipaona, participaron en una iniciativa nacional para denunciar la violencia vicaria, ‘El latido de las mariposas’, con la que dieron forma de este animal a sus lanas.

Así, la Asociación de Mayores se puso hace tres años ‘manos a las agujas’ y logró tejer mil cuadros de ganchillo con lanas acrílicas en tan solo 15 días. Detrás, está el trabajo de una treintena de personas, cuyos nombres pueden verse en unas tiras que cuelgan del árbol.

Estos cuadros de ganchillo, logran sostenerse a partir de una red metálica, cuya elaboración mostraron las mujeres de Albelda. A partir de ahí, la estructura, “de 4 metros de alto y 1,40 de ancho” resiste a nieves, lluvias y demás inclemencias del tiempo, asegurado con bridas cada diez centímetros. Una vez pasa Las Candelas, en febrero, es cuando se retiran los adornos y se guardan en un almacén, así también lo hará el Belén.

Las niñas y niños también tienen participación en el árbol: es la juventud la encargada de elaborar los pompones, en la ludoteca de verano.

Y es que, este árbol y, sobre todo, el espíritu de “unión del pueblo”, se ha hecho también eco en medios nacionales y ha servido de ejemplo para la elaboración de otros decorados navideños a base de ganchillo en Herce, Rincón de Olivedo o Aldeanueva, pero también de fuera de la comunidad, como es el caso de las mujeres de Santa María Berrocal, en Ávila. “Nos comunicábamos por videoconferencia y ya nos han enseñado el resultado”, cuenta Ortega.

Al Belén y el Árbol, se une la decoración del balcón del Albergue, también a base de ganchillo y, este año, como novedad, el ‘Árbol de la memoria’ del que, en vez de colgar bolas y espumillón, pueden verse fotografías antiguas del municipio y sus gentes.

“En un pueblo de 50 habitantes, tenemos tres asociaciones”, pone en valor Ortega. “La Villa es un pueblo muy unido”, cuenta sobre el valor de este tipo de iniciativas que reside, precisamente “en tejer redes de amistad, intentar mantener vinculación y orgullo” y mostrar este modo de vida a los más pequeños del pueblo. “ Dos niños viven durante todo el año”,recuerda, pero que cuentan con una gran compañía durante el verano, siendo 46 los que acudieron a su ludoteca.