Amelia Tiganus: “cuando pregunto en los institutos si irían de putas, algunos chicos dicen que sí y el resto que no pero por asco”

La activista y escirtora feminista Amelia Tiganus ha sido una de las ponentes estrella en la segunda edición del Congreso sobre Violencias Sexuales #SóloSíEsSí que se celebra estos días en La Rioja. Durante su intervención, que ha servido para abrir esta cita, Tiganus ha planteado diferentes cuestiones relacionadas con la prostitución y el consentimiento.

Ha recordado que cuatro de cada diez hombres en España reconoce haber pagado por prostituir a una mujer. Son, en definitiva, violaciones sistemáticas que la sociedad no quiere ver porque “parece que si el sí, el consentimiento, se consigue a cambio de dinero, ya es consentimiento”.

Es alarmante el panorama que se aprecia entre los colectivos más jóvenes. “Cuando doy charlas en institutos y pregunto a los chavales si se irían de putas, los más machitos contestan que sí, esos son los cuatro de cada diez que lo hacen porque tienen la percepción de que tienen ese privilegio”, explica, “del resto, algunos dicen categóricamente que no lo harían pero no porque les parezca un abuso sobre las mujeres sino porque les da asco. Esos tienen todas las papeletas para convertirse en puteros porque el asco produce morbo y ellos acabarán encontrando el modo de ir de putas y tener su conciencia tranquila, yendo por ejemplo a primera hora de la tarde, cuando abre el mercado de la carne y las mujeres están recien duchadas”, continúa, “el resto dice que no iría de putas porque ellos se follan a las tías gratis. En definitiva, en todos estos años sólo un par de chicos me ha dicho que no lo harían porque nunca tendrían sexo con una mujer que no quisiera tenerlo con ellos porque eso sería un abuso”.

Por eso Tiganus tiene claro que el objetivo es que esos seis de cada diez que “no irían” adquieran la persepectiva feminista: “estamos a tiempo de convertir a los hombres en personas”.

Para Amelia Tiganus, que ejerció la prostitución durante cinco años en unos 40 clubes de toda España, la situación actual es fruto de una cultura de la violación y una sociedad en la que la pornografía se utiliza como marketing para justificar estas violaciones a cambio de dienero. “Tenemos el deber de proteger y cuidar no solo a nuestras niñas, también a los niños. Ellos también tienen el derecho de ser criados y educados en valores feministas, empáticos, para que no consideren a sus compañeras como objetos en los que poder eyacular”, señala la activista.

Durante su intervención también ha incidido en otro de los puntos fuertes de este Congreso: el consentimiento. “Hay tres formas de reaccionar ante un peligro de muerte: pelear, huir o someterte para sobrevivir. Si no puedes pelear vas a huir. Si no puedes ninguna de las dos cosas vas a someterte como resistencia activa. En este mundo patriarcal, a las mujeres sólo nos queda someternos. Y lo que han hecho es convertir sometimiento en consentimiento”, explica.

“Cuando dicen eso de 'vamos a tener que firmar un contrato para estar con una mujer y que no me denuncie' habría que explicarles que no hace falta que una mujer te diga sí o no, cuando tú estas conectado emocionalmente a otra persona te das cuenta, no hacen falta ni palabras, te lo dice la piel, la respiración… El gran problema es que los hombres no pueden conectar emocionalmente en general y en el acto sexual en particular porque están consumiendo violencia desde los 8 años”.

“Cuando los chicos entienden que el feminismo no va de castigar y perseguir a los hombres sino de acabar con un sistema que les convierte en esos seres indeseables, que hay intereses millonarios para que se conviertan en puteros, que el sistema les elimina la capacidad de sentir emociones, cuando descubren que alguien les está utilizando, se revelan contra el sistema y con contra las feministas, y ese es el camino”, expone Tiganus.