Herederos del futuro

“El Patrimonio es el futuro”, ha asegurado Antonio Jiménez, Premio Nacional de Arquitectura 2007 en rehabilitación, esta mañana en la presentación de las XIV Jornadas Internacionales de intervención en el Patrimonio Histórico que acoge Logroño desde hoy y hasta el próximo 18 de noviembre. “El Patrimonio -ha proseguido- es el trampolín sobre el que nos impulsamos para no sólo recibir lo que generosamente hemos heredado sino también aportar generosamente nuestra visión”. “Como siempre se ha hecho”, sentencia. Aunque a veces caiga en terreno baldío.

Antonio Jiménez bien podría atestiguarlo gracias a su intervención en la Muralla Nazarí de Granada en el Albaicín Alto. La obra, que consistió en la construcción de un tramo amurallado en sustitución de los 40 metros de muro desaparecidos en el siglo XIV por un seísmo, ha desatado polémica y admiración a partes iguales. Por un lado, su trabajo ha sido valorado de manera muy positiva por su profesión -el Consejo Superior de Arquitectos de España le ha nombrado Premio Nacional de Arquitectura 2007 en rehabilitación por ella-; por otro, su propuesta ha estado sembrada de críticas. Hasta tal punto que, una vez aprobada y levantada, ha llegado a estar amenazada de derribo.

“Ahora -asegura- la demolición está descartada y se está en la mejor disposición para conducir el proyecto de un modo satisfactorio para todos”. Según apunta, probablemente se modificará el trazado original amurallado para añadir un paso peatonal que los ciudadanos, acostumbrados a utilizar el vacío dejado por la muralla tras el terremoto, han demandado. Al respecto, Jiménez se muestra comprensivo: “Cuando se habla de Patrimonio, hay que tener en cuenta todas las opiniones que se manifiesten desde el diálogo educado”.

Y es que, hoy más que nunca, la ciudadanía está concienciada en el respeto y la salvaguarda del Patrimonio. Gabriel Morate, director de Rehabilitación de Monumentos Arquitectónicos de la Fundación Caja Madrid, así lo reconoce: “Hace quince años, hubo grandes problemas para conseguir, por ejemplo, que el tráfico rodado se alejara del acueducto de Segovia; hoy lincharían a quién propusiera que los coches volvieran”.

Fundación Caja Madrid, una de las firmas precursoras en la destinación de fondos a la recuperación patrimonial, trabaja en las obras de restauración de la Iglesia de Yuso en San Millán de la Cogolla y es pionera en una nueva política: dejar que las obras de remodelación se vean, sin lonas que las cubran. Una manera de evitar el “secuestro” que, según Morate, se hace de los monumentos cuando se restauran: “Llega el político a inaugurar el inicio de las obras y se echa el telón”. “Hasta que vuelve el político a celebrar el fin de la restauración, nadie sabe lo que se está haciendo”, afirma. Por ello, Morate apuesta por descubrir los trabajos de intervención en Patrimonio para favorecer el derecho a la información y permitir el disfrute de algo que es de todos.

A los gobiernos se ha referido también Francesco Cellini, director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Digili Studi de Roma y ponente en las jornadas. “La arquitectura es espectáculo, hoy más que nunca”, ha afirmado. Sin embargo, según el italiano, mientras en el pasado el arte arquitectónico servía para enaltecer al poder, hoy se utiliza para que éste se esconda tras él. Por ello, Cellini ha pedido “una reflexión” a los profesionales. Reflexión que habrá de pasar, según Antonio Jiménez, por “crecer en la conservación desde la contemporaneidad”. Al respecto, Gabriel Morate ha aprovechado para reclamar “mayor seguridad en la tutela del Patrimionio Histórico para que los proyectos de intervención en éste no dependan del color político de los gobiernos.