Andrea Acedo: “Hace falta educación todavía para valorar el arte, detrás hay mucho trabajo”

La ilustradora logroñesa Andrea Acedo se proclamó ganadora del concurso del cartel de San Mateo 2022. Dentro de poco, la artista verá empapelada la ciudad con su creación que aúna, como ella misma explica, todos los elementos que significan estas fiestas para mayores y menores, “para que todos nos sintamos identificados”.

Gorgorito, danzadores, gigantes y cabezudos… son elementos que permanecen en el imaginario de Acedo y de logroñesas y logroñeses en estas fechas. Tampoco se ha olvidado de uno de los bienes más preciados - y también más efímeros- de los más pequeños en las fiestas, los globos de helio en forma animada, “es el globo que está todos los San Mateos volando”, ríe, mostrándose agradecida por todos los mensajes positivos que le han llegado sobre su trabajo.

En su estudio desde el Casco Antiguo, Andrea Acedo enseña a menores y mayores lecciones de pintura, bien desde cero o ya desde una base. “Los adultos tenemos muchos más prejuicios, los niños si les sale mal, les da igual, están aprendiendo, jugando,probando… no les importa romper un papel y ponerse a otra cosa, los adultos somos más de decir como esto no me va a salir bien mejor no lo hago, no se dan la oportunidad”, reflexiona.

Bajo el nombre de Pangea, Acedo comenzó esta aventura en marzo de 2020, “diez días después de tener el local, todavía sin abrir porque lo estaba pintando y amueblando, dijeron que había una pandemia mundial, increíble.”, cuenta entre risas. “Qué iba a decir, pues para adelante, ha ido bien, ahora es cuando estoy viviendo la vida normal, cuando comencé las clases eran con mascarilla, distancia de seguridad, poca gente en clase… he empezado con eso, entonces todo ya va a ser a mejor”.

“Cada alumno hace lo que más le apetece, si no vienen con una idea les enseño técnicas, recursos y materiales, cada uno va eligiendo y buscando su camino, si tienen ya una idea trabajamos sobre lo que ya quieren, es muy libre”, explica, siendo para ella lo primordial el desarrollo de la creatividad. “Viene gente que no ha cogido un pincel o un lápiz en la vida y luego sorprenden”, anima. “Quiero transmitirles que sean creativos y que experimenten mucho, que hagan lo que les dé la gana, que estamos para equivocarnos, que no están a examen, si tienen que romper que rompan, si tienen que hacer un garabato porque no les ha gustado pues ya está, el siguiente será mejor”. Y es que, por Pangea, han pasado manos de 5 hasta 75 años.

Durante agosto, Pangea no cerrará, ofreciendo talleres en días concretos y con la celebración de la Semana de los Artistas, dirigida a niños y niñas.

A parte de la pintura, la ilustradora une en talleres otras actividades ligadas con la expresión emocional y corporal o el yoga, de la mano de Mónica Nieto. Además, en fechas concretas, organiza vermuts creativos en los que acompañados de un vino o un vermut guía a un grupo de aprendices en el dibujo de un cuadro, como ya se hace en otros lugares como Madrid o Barcelona. “Con el coronavirus organice la actividad para grupos cerrados, y tras verano, será ya para grupos abiertos”, explica.

Valorar el arte

Acedo se formó como ilustradora en Segovia y estudió Diseño Gráfico en la Esdir. “Yo me dedico mucho a las clases, siempre viene gente, bien porque le interesa, bien para desconectar… viene gente que se quiere dedicar a ello y aprender de verdad y otra que viene porque es una actividad que le relaja mucho, los encargos no se mueven tanto como en una ciudad grande, donde hay más demanda, pero me va bien”, cuenta.

En cuanto a cómo ve ella desde dentro el panorama artístico de Logroño y su valoración, ve que es un proceso que va “poco a poco”. “Sí se ha hecho Barullo, que había muchos creadores jóvenes, mercados, exposiciones… pero cuesta que la gente valore la ilustración”. “No estamos en el punto de valorar lo que vale de verdad a la hora de pagar por el arte, una ilustración o un trabajo gráfico, hace falta educación todavía, detrás hay mucho trabajo”, reivindica.

En las creaciones de esta logroñesa hay dos constantes: el cuerpo femenino y la botánica, temas que componen su sello personal y que hacen que se reconozca un dibujo suyo al instante. “Cuando comencé a dibujar, siempre hacía retrato, casi siempre rostros femeninos, pero hay una evolución, me interesa más ese tema, sobre todo hacer mujeres desnudas que no tienen cuerpos normativos, que no son ni de cara ni de nada lo que consideramos la mujer perfecta, la que se ha pintado, reivindicar, es una forma de libertad”.