Carlos Molina cuenta su historia para salir de Ucrania

Carlos Molina cuenta su historia para salir de Ucrania

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Carlos Molina (Córdoba, 30 años) es lateral izquierdo del HC Motor Zaporiyia de Ucrania. Estuvo del 2015 al 2017 en las filas de BM Logroño y, tras salir de Ucrania, ha ofrecido este viernes una rueda de prensa en el Hotel Gran Vía de Logroño. El jugador de balonmano ha explicado su viaje para poder salir del país, tras la invasión y ataques de Rusia.

Según ha relatado el jugador, después de ser ovacionado por los presentes, el 23 de febrero, su equipo se encontraba en Polonia disputando un encuentro de Champions League ante el Kielce (33-27). “Muchos jugadores estábamos intentando quedarnos en Polonia”, ha contado. A pesar de este deseo, el presidente del club ucraniano quiso tranquilizar a los jugadores, ya que la situación con Rusia era complicada desde hacía tiempo y nunca había pasado nada. En Ucrania, tuvieron que aterrizar en Kiev, puesto que el aeropuerto de Zaporiyia estaba cerrado. En el aeropuerto capitalino sonó un aviso y les tuvieron que evacuar. “Escuchas bombardeos, sentí que estaba el país en guerra”, ha contado. El equipo fue traslado a un hotel de Kiev para esperar, luego, cogieron un autobús para volver a la localidad de Zaporiyia. Ya en su residencia habitual en la ciudad, pensaban que estarían a salvo, pero una vecina despertó a todos los residentes diciendo que había amenaza de bombas, luego, resultó que había sido una falsa alarma.

Molina se puso en contacto con dos compañeros de su equipo, Aidenas Malašinskas (lituano) y Viachaslau Bokhan (bielorruso), para poder salir juntos de Ucrania. El objetivo era atravesar el país, más de 1000 kilómetros, para llegar a la frontera con Polonia. El jugador ha explicado como tardaron unos seis días en completar el recorrido, conduciendo las primeras 48 horas prácticamente sin parar. Hubo un momento que se encontraron en un punto muerto, a unos 20 kilómetros de Polonia, con filas de coches y lejos de gasolineras. Con tal de ahorrar combustible, el motor había que mantenerlo apagado, por lo que las noches de frío, aguanieve… se hicieron aún más duras. Cada dos kilómetros había puntos de control en los que solo podían pasar mujeres y niños ucranianos, una vez pasaban todos, el resto podía ir pasando. Las horas de espera se hacían eternas.

Su compañero lituano Aydenas Malašinskas pudo hablar con la embajada de su país y le dijeron que había otro lituano a unos cinco kilómetros de la frontera. El objetivo era llegar hasta él para salir juntos en el mismo coche. “A los extranjeros no nos hacen prácticamente caso”, ha admitido Molina, que además, se vio “solo” y “abandonado”. Aydenas era el que llevaba la voz cantante entre los amigos, puesto que dominaba el idioma. Hubo un controlador que no les dejó pasar hacia donde esperaba el otro lituano, entonces, los jugadores optaron por dar sus dos coches al hombre y, el controlador, sin ningún problema, aceptó el regalo y les escoltó hasta donde estaba el lituano. Se montaron en el coche con él, y salieron de madrugada de Ucrania por Polonia. La dureza de lo vivido, se percibe en las palabras de un Molina que se siente agradecido por la ayuda. “Veía a mujeres con niños caminando 30, 40 kilómetros para llegar a la frontera. Vi muchas lágrimas de padres. No se lo deseo a nadie”, ha dicho.

Fotos: Christian Vargas Couso (Rioja2)

Familia

Tras estar dos meses sin ver a su mujer e hijo y, con todo lo vivido estos últimos días, el ex franiivino ha comentado que solo piensa en pasar tiempo con los suyos. “Yo ahora no estoy para jugar a balonmano. Tengo mi cabeza súper afectada. Yo no me puedo permitir jugar esta temporada. Aydenas ha sido mi héroe, me he sentido muy guiado por él”, ha expresado el jugador. Además, ha reconocido que se ha sentido muy arropado por muchas personas que, incluso, le cedían su casa para quedarse en países como Polonia, Eslovaquia y República Checa. Lluís Cortés, ex entrenador del FC Barcelona femenino y seleccionador de la selección femenina de Ucrania, también se puso en contacto con él.

Eso sí, ha admitido que hay gente que le ha “decepcionado mucho”. El cordobés ha contado que una vez que la embajada española había abandonado Kiev, ya no podían hacer nada por ellos. Incluso él mismo, siente que tampoco puede hacer nada. Molina ha querido contar que, tras pedir ayuda para Luis y Svetlana en su Twitter, la pareja de Elche ha podido salir de Ucrania junto al fisioterapeuta de su equipo.

Central nuclear

Respecto a los hechos sobre la central nuclear de Zaporiyia y una posible explosión, el ex jugador del BM Logroño ha dado a conocer la versión que le han hecho llegar sus compañeros de equipo ucranianos: “Algunos me dicen que no ha sido tomada, que las noticias son bulos. Sabemos que ha habido un pequeño incendio provocado por las tropas rusas”.

Ayuda humanitaria

Molina ha contado que, ahora, lo que más necesitan los ucranianos son medicinas, gasas, material médico y comida. A pesar de todas las acciones e iniciativas que están saliendo para ayudar, hay dificultades para hacer llegar todo al país ucraniano: “Todo eso se queda en la frontera hasta que alguien pueda llevarlo. No sé si toda esa ayuda puede entrar a Ucrania”. De hecho, el andaluz ha contado que hay familias ucranianas que están intentando llevar la comida y materiales regresando a Ucrania y entrando desde Polonia u otros puntos. Su sensación sobre Rusia es que quiere atacar puntos estratégicos para crear miedo y desesperación. Molina se ha mostrado aliviado por estar a salvo.

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