“Una cosa es que la reforma laboral esté publicada en el BOE y otra, cómo aterriza eso en la realidad”

"Una cosa es que la reforma laboral esté publicada en el BOE y otra, cómo aterriza eso en la realidad"

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Este 2022 se estrena en el ámbito laboral con la reforma laboral aprobada en sesión de infarto en el Congreso y con acuerdo para la subida del salario mínimo. El secretario general de CCOO de La Rioja, Jorge Ruano, destaca que “quedan muchas cosas pendientes, la lucha sindical nunca acaba”. “Hemos negociado la reforma sobre algunos aspectos que considerábamos esenciales, pero quedan muchos más. El trabajo es poner en marcha y hacer cumplir lo pactado y seguir peleando por las cosas que han quedado pendientes”, asegura.

- Con la reforma laboral aprobada y el acuerdo para la subida del salario mínimo interprofesional, ¿cuáles son los pasos inmediatos que se deben dar desde la acción sindical?

- La reforma ha supuesto un cambio muy importante en el paradigma del mundo del trabajo, que ha sido pasar de considerar el trabajo estable como un impedimento para la creación de empleo a plantear que el trabajo estable es fundamental para el empleo. Ahí está el punto que ha quebrado los anteriores acuerdos de los últimos 40 años después del Estatuto.

Para nosotros eso es fundamental y tenemos que incidir en que eso se lleve a cabo de la mejor manera posible, porque una cosa es que la norma esté publicada en el BOE y otra es cómo eso aterriza en la realidad.

Por tanto, vamos a plantear con todo el conjunto de delegadas y delegados del sindicato ir analizando cómo eso se convierte en la realidad de las personas trabajadoras, ver cuál es la contratación en cada una de las empresas y explicar cuál es la transformación que deben tener todos los contratos. Ahí va a estar la primera fase.

Y muy interesante también y sin duda complicado es lo relativo a todas aquellas empresas que estén utilizando de manera habitual empresas de trabajo temporal, porque hay que establecer si realmente es un contrato que responde a causas muy concretas y temporales o es un puesto que debe cubrirse con trabajadores fijos de plantilla.

Uno de los objetivos fundamentales de esta reforma es acabar con la temporalidad. Y esperamos que eso se traduzca en los próximos meses y que la parte patronal sea, digamos, responsable del acuerdo al que ha llegado y motu proprio empiecen a transformar todos aquellos contratos que se ha visto que no están ahora mismo en situación legal o son susceptibles de cambiar.

- ¿Y en lo que respecta al salario mínimo interprofesional?

- En cuanto al salario mínimo interprofesional, hay que revisar en aquellos convenios que se hayan quedado en este momento por debajo. No son muchos, pero va a tener un efecto tractor sobre el conjunto de los salarios de los convenios, que es uno de los motivos por los que la patronal se negaba a firmar el SMI. Y además aquí en La Rioja tiene especial incidencia en los sectores más precarizados, como los de la agricultura y los servicios.

Y ahí queremos utilizarlo de palanca, porque hay convenios muy importantes en nuestra región que llevan paralizados muchísimos años, como el caso sangrante de los convenios de comercio, con más de una década sin firmarse, y por otra parte el convenio agropecuario de La Rioja. Que parece que se nos olvida que el nombre de Rioja es muy importante pero la base de donde parte todo eso son los trabajadores y trabajadoras del campo que siguen sin convenio desde hace muchos años.

Ya venimos denunciando que esas situaciones hay que regularizarlas, que los problemas que arrastra el campo tienen que ver con la cadena de valor que está descompensada y los perjudica, pero que eso no puede ser impedimento para que un sector tan importante esté sin convenio colectivo. No solo hablamos del salario, sino de las condiciones del trabajo.

- Hay muchos trabajadores cuyos salarios están por encima del SMI pero a los que no se les ha subido el salario al nivel del incremento del IPC. ¿Qué se plantea desde los sindicatos para 'tirar hacia arriba' esos salarios también?

- La cuestión ahora mismo de cara a la negociación colectiva es que se nos ha 'desmontado' la fórmula que teníamos: incrementos del IPC previsto y revisión salarial en base al IPC real. Tuvimos problemas cuando el IPC fue negativo, hubo conflictos en los convenios que acabamos resolviendo y ahora nos toca ver cómo adaptamos esta nueva situación, cuál es el referente más lógico que haga que los salarios crezcan y eso al mismo tiempo pueda ser asumido por las empresas.

Este mismo jueves tuvo lugar la primera reunión con la patronal a nivel confederal para buscar un nuevo acuerdo de negociación colectiva donde nos pongamos de acuerdo, entre otras cosas, en cuál sería la horquilla y las fórmulas para abordar este desfase entre los salarios y la inflación. Todavía no tenemos esa fórmula, se trabaja en varios escenarios, pero es verdad que tiene que estar entre el 3 y el 5% con elementos que lo regularicen. Tan importante es el incremento inicial que hacíamos con la anterior fórmula como la cláusula de revisión del IPC.

Sea cual sea la horquilla en la que nos movamos es muy importante tener cláusulas que garanticen esa revisión por si cuestiones de estas vuelven a suceder, que además son imprevisibles. Ahí tenemos por ejemplo la crisis de Ucrania. Necesitamos una fórmula estable que incremente los salarios.

- ¿Confian en el acuerdo, una vez que la patronal se ha descolgado, por ejemplo, en el tema del SMI?

- Esperamos un acuerdo. Normalmente en los acuerdos de negociación colectiva llegamos a un acuerdo. Lo que seguimos teniendo es un problema para que lo cumplan en toda su extensión. Los acuerdos que alcanzamos son obligacionales pero es verdad que luego tenemos muchas dificultades para llevarlos a la práctica cuando bajamos al terreno.

- Se acerca el final de los ERTE diseñados para la crisis del covid. ¿Qué futuro se perfila para los trabajadores y trabajadoras de los sectores más afectados, que reclaman más tiempo? ¿Pueden llegar muchas extinciones?

- Aquí no tenemos que engañarnos. Los ERTE extraordinarios que hemos acordado a causa del COVID tienen que tener un final. Y ese final tiene que ser ahora. Pero seguimos teniendo la herramienta de los expedientes de regulación de empleo que están en la nueva reforma laboral.

Lo único que acaba en una empresa que todavía necesita un tiempo de adaptarse son las bonificaciones que recibe la empresa y que la prestación extraordinaria del trabajador o trabajadora va a computar como desempleo. Pero la herramienta sigue estando y la queremos seguir poniendo en valor, no tiene por qué acabar en una extinción.

Otra cosa es que tengamos empresas, que yo sinceramente creo que no hay tantas, las llamadas empresas zombis, que se mantenían solo por los expedientes. Evidentemente si una empresa, con o sin expedientes, no tiene viabilidad, acabará en extinción, pero tiene que ver con los cambios que se han producido en el modelo económico, de venta y producción.

Y distinto es también que se active el mecanismo Red que está en la reforma laboral y es donde nos ponemos de acuerdo y el Gobierno establece si hay un sector con una crisis estructural, ya sin hablar siquiera de COVID. Ahí podría activarse en similares condiciones a los ERTE.

Pero expedientes va a seguir habiendo, ambas partes éramos conscientes de que muchos de los expedientes covid tenían más que ver con causas productivas que con el COVID. Ahora habrá que plantear esos expedientes por causas económicas, productivas u organizativas.

Plan de Recuperación

- El futuro inmediato en España pasa por el Plan de Recuperacion. ¿Cómo se está llevando el seguimiento? ¿Se están cumpliendo las expectativas?

- El seguimiento, escaso. Pero tiene que ver también con cómo se está conduciendo a nivel del Estado, prácticamente en ninguno de los PERTES estamos teniendo una participación activa las organizaciones sindicales y empresariales, no se ha articulado ese espacio.

En unos casos tenemos información a posteriori y en otros prácticamente nos enteramos cuando se publican en el Boletín, creo que eso es un déficit que el Gobierno central tiene que corregir. Debemos tener más participación en el ámbito del diálogo social en estos fondos.

Hasta donde sabemos, y eso sí tenemos que hablarlo con el Gobierno de La Rioja, tenemos que poner en marcha aquello que se nos planteó, esa comisión de seguimiento de los planes. Planes que es verdad que fueron concebidos de una manera pero la realidad ha ido aterrizando a que haya proyectos, digamos, con nombres y apellidos, como puede ser la Ciudad del Envase y el Embalaje, y otros en los que participamos a través de las políticas que se están desarrollando en todos los sectores.

Hasta ahora lo que sabemos de algunos planes es que La Rioja sí va cumpliendo los hitos que marca el Ministerio. Del que más información tenemos es de la parte que tiene que ver con empleo, en la que sí somos conocedores de primera mano de que se han cumplido los hitos y por tanto ahora es la puesta en marcha en la que sí vamos a colaborar.

Ese modelo debería replicarse, saber cómo estamos y cómo podemos colaborar por la parte sindical y empresarial, porque es un abanico enorme y muy difícil de abarcar, por lo que necesitamos una mayor coordinación y conocimiento.

- Los servicios públicos se han visto especialmente afectados por la crisis y llevan meses reivindicando refuerzos. ¿Cómo se puede reforzar esa reivindicación para que lleguen esos medios humanos y materiales?

- Hay que reforzar claramente la administración pública porque es lo único que garantiza la cohesión social, tenemos que tener el mismo acceso y en las mismas condiciones todas las personas y eso se ve en momentos de tensión y crisis como los que hemos vivido y que, por desgracia, se repetirán, así que tenemos que estar preparados.

Tenemos mucha falta de información, al menos en lo que respecta a La Rioja, de cómo la administración pública, no solo autonómica sino también local, va a tener acceso a esos fondos que van a llegar. Por ejemplo, pueden ser para mejorar la digitalización y procesos en la Administración Pública, que son muy necesarios y lo hemos sufrido por ejemplo en la gestión de los ERTEs, donde los medios informáticos eran escasísimos.

Y luego está evidentemente el reforzamiento de las plantillas. Hay un retraso importante en la convocatoria de las ofertas públicas de empleo, vamos arrastrando todo lo no convocado en los años anteriores y las OPES tienen que convocarse cuanto antes y reforzar esas plantillas.

También hay recursos ligados a la formación de las personas que trabajan en la Administración Pública que deberían activarse, ya que es esencial.

Y la gran expectativa es cómo vamos a articular acuerdos para que todo el tema de la temporalidad se corrija también en la Administración Pública. España desgraciadamente encabeza el ranking de temporalidad y en la administración supera en algunos casos el 31%. Eso tiene que resolverse.

Ahí tenemos que retomarlo, porque había un acuerdo entre el Gobierno y los sindicatos para la estabilización de las plantillas y ha pasado lo que casi pasa con la reforma laboral, que han sido los partidos los que han enmendado el acuerdo alcanzado entre las dos partes interesadas y lo han rajado y hecho que no vaya a cumplir las expectativas que habíamos marcado. Lo han destrozado.

- ¿Parece que a día de hoy hay más sintonía o ganas de llegar a acuerdos entre sindicatos y empresarios que entre partidos políticos?

- Es la realidad. Los sindicatos defendemos intereses de parte y la patronal hace lo mismo, pero al final ambos nos movemos en un ámbito que es mucho mayor y somos conscientes de que nuestros acuerdos o desacuerdos afectan. Y los partidos se mueven absolutamente todos en el ámbito partidista, de qué es lo que consigo yo para mí.

La política ha descendido muchísimo de nivel, esto va a golpe de titular y tuit, en un regate corto y sin hacer políticas a medio y largo plazo para transformar, que es lo que tiene que hacer la política, al igual que el sindicalismo.

Todos los partidos están instalados en ese cortoplacismo y nosotros seguimos en la misma línea. Siempre he defendido que los partidos, sobre todo en estas últimas dos décadas, tenían que aprender mucho de los sindicatos y de la patronal. Nosotros competimos en las elecciones con otros sindicatos y luego nos sentamos junto a ellos a negociar frente a la patronal, que tiene intereses distintos, y llegamos a acuerdos. Y eso lo hacemos no una vez cada cuatro años, sino todos los días en cada empresa.

La política no se sienta frente al otro, el objetivo es 'quítate tú para ponerme yo'. Por tanto, en la mayoría de las ocasiones no hay una corresponsabilidad, bien que esté al lado de quien gobierna o bien enfrente, para sacar políticas en beneficio de la mayoría. Ese es el gran problema que tenemos y no sorprende por el nivel de frentismo que se ha generado en la política en España.

Aquí se está concibiendo cada día más la política como de bloques y eso deja muy poquito margen para llegar a grandes acuerdos. Y eso va a ser un problema para la gente, nos va a afectar en las cosas de comer. Pero parece que nadie está dispuesto a ceder en ese espacio.

- ¿Vio peligrar realmente el acuerdo de reforma laboral?

- Lo vio todo el mundo. Aquí es muy lamentable cuando estamos hablando de algo que era vital para millones de personas que van a ver modificadas para mejor sus condiciones de trabajo, para miles de personas que van a conseguir un contrato indefinido. Eso estaba acordado entre quienes hacen los contratos y quienes lo reciben y ha estado a punto de irse al garete.

Todo lo que se debatió ese día en el Congreso, todo lo que se dijo, nada tenía que ver con el mercado de trabajo. Y eso hay que decirlo así. Creo que algunos ni siquiera se habían leído el texto y en qué afectaba a la gente trabajadora. Esto se jugaba en varios flancos, uno de desgaste desde posiciones supuestamente progresistas a la otra parte progresista, vamos a decirlo así, del Gobierno, y otros en que 'todo lo que diga el Gobierno y sus socios, nosotros en contra'.

Es incomprensible la posición de ERC y el PNV. No había más que ver sus caras con el susto. Para ERC, que su base electoral estaba completamente a favor de la reforma, y ahí se la jugaron. El PNV se la jugaba con la patronal porque sin acuerdo no iban a llegar las ayudas europeas, porque nos exigía Europa cambiar de una vez la situación de temporalidad que tenemos... Y luego la absoluta irresponsabilidad también del PP que, ante un acuerdo de todas las partes, no es capaz de dejar vía libre y puso en riesgo en esa política de cuanto peor, mejor.

Llevan mucho tiempo todos jugando a eso y es malo para el conjunto de la ciudadanía, se traduce en un descrédito de la política y en un incremento de los populismos. Ahí tenemos los resultados de la extrema derecha, a la que no están votando solo los que ideológicamente están situados en esas posiciones, sino mucha gente harta de ver lo que los otros hacen. Ante la pelea continua, quien ofrece soluciones sencillas a problemas complejos y un discurso populista de 'esto lo arreglo yo en dos patadas', la gente al final por despecho o hartazgo la acaba votando.

Lo más increíble es que esto lo veníamos avisando desde hace más de una década, y como ejemplo teníamos a toda Europa, y no hemos sabido parar los pies. Y ahora, cuando ya están aquí, somos incapaces de aplicar las mismas respuestas que ha aplicado Europa. Y eso es verdaderamente grave.

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