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Las compañías de Juan Hortelano

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Los proyectos de Juan Hortelano se cuentan por años. O casi, porque, con la presentación del nuevo accionista del Logroñés, Vicente Moreno, serán ya muchas las caras que han venido a Logroño para acompañar al ex-ciclista y pocas las que continúan a su lado.

En febrero de 2001, con Villamor y Jiménez al frente del Logroñés, pero sin dinero para llevar adelante al equipo, aterrizó en Logroño un proyecto detallado con pelos y señales. Al frente, Juan Hortelano, que encabezaba a la empresa madrileña de gestión de cooperativas de viviendas VIOSOPLAN S.L.

Por dos euros, Hortelano, junto al gerente José Díaz Malla, se hizo con el control del equipo, supuestamente en nombre de empresarios de Madrid, País Vasco y La Rioja y con la colaboración de la empresa inmobiliaria Ofigevi. Entre sus nombres de confianza estaban Antonio Mañas, responsable deportivo, e Ico Aguilar. Ambos acabaron entrenando al equipo posteriormente. En ese primer proyecto, además de muchos cargos intermedios, también estaba Valentín de Torre, hoy paradójicamente al frente del Logroñés CF.

La historia de ese ilusionante proyecto fue la de un azucarillo que se deshizo lentamente. Se consiguió calmar las deudas con la plantilla de ese año, confeccionada por Julián López Morte y Emilio Remírez, pero poco más. En la presentación, Díaz Malla anunció que la prioridad era “levantar los embargos del Logroñés”, “reunirnos con todos los acreedores y buscar fórmulas de pago”. Una promesa oída mil veces y nunca cumplida.

Díaz Malla fue el primero en marcharse y, poco a poco les siguieron los demás. Agustín Abadía, segundo de Remírez en esa campaña, vivió su primer contacto con Juan Hortelano. Pero el proyecto tendría un final convulso apenas nueve meses después.

Fue en la Navidad de la campaña 2001-2002, todo un calvario. El equipo, dirigido por Juan Carlos Mandiá, se puso en huelga. Estuvo a punto de quedar fuera de la competición, aunque sólo se quedó sin jugar un partido, el que debía enfrentarle al Binéfar. Hortelano anunció que había encontrado un nuevo inversor: Janos Beke, propietario de la página pornográfica Buxcador.com. El revuelo por saber quién podía patrocinar al equipo fue de órdago y, en un movimiento fulgurante, Zalba y Berrocal llegaron a Logroño para hacerse cargo del equipo.

La segunda venida de Hortelano fue al término (también inquietante) de la etapa del ganadero y el maño en el Logroñés, antes del inicio de la campaña 2004-2005. Esta vez Hortelano fue menos ambicioso. Cogió al equipo en Tercera de la mano ecónomica (esta vez sí) de Janos Beke y con Vicente Cutanda como responsable deportivo y Alberto Atanes como abogado del Logroñés para sus muchos asuntos pendientes. La nueva sociedad al frente del club se llamaba Escuela Internacional de Fútbol.

La cosa empezó mal: al equipo lo desalojó el Gobierno de Pedro Sanz, por medio de la Guardia Civil, de las instalaciones de Albelda y de Las Gaunas el Ayuntamiento de Logroño, con Julio Revuelta como alcalde. Y Cutanda, que ni fichó ni tuvo compañía cuando acudió a declarar al respecto del desalojo de la Colonia, se marchó antes del final de noviembre. Atanes no mucho después. Entre tanto, un anunciado convenio con el Ajax nunca llegó a hacerse realidad.

A Cutanda le sustituyó Abadía; a Beke padre, Herrero y el Logroñés tuvo que bregar otro año más en Tercera, con la aparición de una cara nueva, el ex del Atlético de Madrid, Marcelino. En la práctica, Hortelano se quedó sólo como principal fuente de ingresos del club. La campaña fue mucho más tranquila, aunque se quedó en el tintero un convenio económico con Guinea Ecuatorial que fue presentado en Logroño por Ruslan Obiang, hijo del dictador del país, y que, supuestamente, iba a dejar al club una cantidad económica nunca especificada.

En cualquier caso el equipo ascendió a Segunda B, en el verano más calmado de los últimos años. Por si fuera poco, el cambio electoral pareció favorecer los intereses de Juan Hortelano, con Las Gaunas como perita en dulce para explotar económicamente sin gastos de mantenimiento y una subvención de Logroño Turismo de 240.000 euros.

Pero el presidente ha visto que todo dinero del Ayuntamiento no va a ir directamente a su mano, sino que debe acreditarse que va a servir para pagar a Hacienda y Seguridad Social. Hortelano no ha firmado aún el convenio y busca otro punto de apoyo económico. El miércoles, Vicente Moreno y él presentan un nuevo proyecto de futuro. ¿El definitivo u otra muesca más en su culata?

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