La Policía ve los vídeos de la madre de Carolina como “justificación” de lo que iba a hacer

La Policía Nacional identificó los vídeos de A.U, acusada de un delito de asesinato tras la muerte de su hija, como una “justificación” de lo que iba a hacer a la niña, tal y como se ha visto este martes en la jornada número doce de la causa.

Los hechos que ahora debe juzgar un jurado popular se remontan al 27 de enero del 2020. Ese día, la policía nacional acudió a un hotel de Logroño al aviso de un intento de suicidio y se encontró a una niña de cinco años muerta y su madre (A.U), que había intentando tirarse por la ventana, con heridas.

La abuela de la niña apareció dos días después en el río Ebro muerta y la defensa de la acusada, madre de la niña, le culpa del asesinato. El Ministerio Fiscal y las acusaciones popular y particular le piden a A.U prisión permanente revisable.

En la sesión de hoy, y durante el testimonio de un Policía Nacional que participó en la investigación analizando los vídeos y las cartas que dejó la acusada, se ha exhibido parte de los vídeos que, los días 23, 24 y 25 de enero se grabó la acusada.

En ellos, ella, ha explicado el policía, “tiene una idea de discurso, se presenta, incide en que está en plenas facultades, y relata los hechos que le llevaron a tomar la decisión: la custodia de la hija y el calvario judicial que condujo que se la dieran al padre”.

El agente ha destacado cómo “ella tiene una idea, busca no perderse” porque quiere hacerse entender. Además, “era plenamente consciente de la repercusión”, llegando a decir que nunca pensó que un vídeo que grabase ella fuese a ser visto por “miles” de personas; pero, ha añadido el policía, “por el tema de la niña no por el plan de suicidio”.

Los vídeos se convierten en “una suerte de explicación y justificación” y en ellos dice que si se llegan a exhibir es porque ella ya no está. Algo que hoy se ha mostrado junto a los historiales de búsqueda en el móvil de ella y de la abuela de la niña.

El mismo 26 de enero, a las 3:55 de la mañana, en el teléfono móvil de la abuela de la niña aparece una búsqueda sobre asfixia de niños mayores de un año. Además, hay búsquedas sobre cortarse las venas y en el teléfono de la acusada de veneno, matarratas y cianuro. Todo entre el 23 y el 25 de enero.

En los fragmentos que se han mostrado hoy (mañana está prevista la exhibición de más) A.U dice: “Estoy en plenas facultades mentales a pesar de lo sucedido, no me falta ningún tornillo”.

Aunque a preguntas de la defensa el policía ha indicado que no pronuncia la palabra suicidio ha dicho que la “idea” que se traduce de que diga “si estais viendo esto es porque no estoy” es que se iba a suicidar. Es la “explicación más simple”, sobre todo, a la vista de los hechos que sucedieron después.

La acusada llega a decir en uno de sus vídeos: “Sé que los psicólogos analizarán todo, a la hora de hablar, de dirigirme a las personas, si he pestañeado cuatro veces, si he gesticulado”.

A.U cuenta cómo, dentro de una relación de ocho años con su expareja, tuvo con él una hija, la niña Carolina, y añade que “tiene cinco años, el día 30 haría cinco años y un mes”.

Esto para la Policía apunta a que “el plan incluía a su hija”. De hecho, primero dice “el día 30 hace” y luego se corrige: “El día 30 haría”.

Se trata de algo que, para la investigación, supone que “tenía planeado que no iba a llegar al día”.

Además, ha añadido el policía, “se despide de su hermana, dice: Estoy bien, Pitu está conmigo”. Pitu sería la niña porque pitufos es como la acusada llama a los niños y, en un vídeo que graba con Carolina, le pide que se “despida” de los pitufos.

En cuanto a la reserva del hotel se hizo desde el móvil de la acusada a nombre de su madre. Para el agente, “no es descabellado” pensar que A.U “hiciera la reserva”.