La portada de mañana
Acceder
La izquierda busca reconstruirse ante el nuevo ciclo político
El PP de Ayuso bloquea la investigación de los negocios de su pareja
Opinión - 'Un español cuenta algo muy sorprendente', por Isaac Rosa

La madre de Carolina habló a la psiquiatra de un pacto de suicidio

La madre de Carolina habló a la psiquiatra de un pacto de suicidio

Rioja2

0

La policía científica encontró, en el escenario del asesinato de la niña Carolina, cuyo cadáver apareció en un hotel de Logroño el 26 de enero del 2020, una nota manuscrita en la que decía: “Mis pertenencias son para D.U”, hermana de la acusada del asesinato, A.U.

Hoy se celebra la décima jornada del juicio, por jurado popular, tras el asesinato de la niña Carolina, de 5 años. Su madre, A.U, está acusada de ser la autora y culpa a la abuela, cuyo cadáver apareció en el río Ebro dos días después.

En la jornada de hoy, han continuado las comparecencias de la Policía Nacional. Han intervenido los agentes de la Científica que se encargaron de la inspección ocular de la habitación del hotel en la que encontró muerta, la policía, a la niña Carolina al recibir un aviso de que su madre iba a tirarse por la ventana.

La primera agente en comparecer, que se encargó de redactar el informe, ha contado que, a los pies de una de las camas, encontraron una nota manuscrita limpia con indicaciones de dónde estaba el coche en el que habían llegado a Logroño, desde Haro, y diciendo “mis pertenencias son para D.U”, hermana de la acusada.

Tal y como ha relatado ella, y han completado otros agentes de la Policía Científica, en una de las tres camas había sangre producida por una hemorragia importante, color muy vivo. Las preguntas de los abogados, y la Fiscalía, se han centrado en las manchas de sangre dado que la acusada tenía unos cortes.

La agente ha explicado que “da la sensación de que alguien ha estado tumbado con los brazos a los lados y chorrea sangre en el lateral izquierdo e impregna una alfombra”. Más adelante han completado cómo la sangre era más pronunciada en los extremos, y la zona central estaba más limpia, como si hubiera un cuerpo en medio.

Los agentes encuentran el cadáver de la niña entre dos camas, dado que los sanitarios la habían bajado al suelo para intentar reanimarla. La niña tenía un poco de hemorragia en la boca, y la nariz. La cama que numeran como uno, una supletoria que está junto a la ventana, tiene una mancha de sangre más diluida, en las sábanas bajera y encimera.

En los pies de esa cama aparece una nota manuscrita a boli azul, detallando que el coche está aparcado en la Avenida de Portugal, frente a un asador, y añade: “Mis pertenencias son para D.U”. Además, aporta una serie de números y un pin.

Alrededor había manchas de sangre de goteo y se encontró un sujetador manchado de sangre y una sudadera con sangre muy húmeda a la altura de los puños.

Los agentes no encontraron el objeto con el que se realizaron las heridas de la acusada y en el bolso de su madre, abuela de la niña, había unos cuchillos pero no tenían restos, aunque podrían haber sido limpiados después.

En el baño encontraron pantalón vaquero, talla adulto, que da la sensación de haber sido lavado y en la bañera, un reguero de sangre que parece ser sangre diluida.

“Un pacto de suicidio”

La acusada manifestó en la exploración psiquiátrica que tenía un “pacto de suicidio ampliado”, con la madre e incluyendo matar a la niña, “meditado y argumentado”.

Hoy también han intervenido en el juicio la Policía Científica y los psiquiatras que atendieron a la acusada en Urgencias y en el Módulo Penitenciario de la Unidad de Psiquiatría del Hospital San Pedro.

La doctora que la atendió el 28 de enero, un día después de su ingreso, ha contado cómo le realizó una entrevista de valoración, más amplia que el informe de Urgencias realizado el día anterior, y un test.

El motivo de ingreso había sido un intento de suicidio y en Urgencias se le vio que presentaba “ansiedad” y había que valorarla con mayor profundidad.

La psiquiatra ha explicado que, tras la valoración, entendió que la acusada estaba “consciente y no había síntomas de un trastorno mental más allá de una serie de respuestas emocionales a las circunstancias”.

Evocaba sin dificultad los acontecimientos y no había clínica depresiva o maníaca; “no había un trastorno afectivo que estuviera afectando”. También, que comprendía lo que había pasado y anticipaba “las posibles consecuencias: preveía el ingreso en prisión”.

La acusada, ha dicho, tenía “rasgos de personalidad, pero no una personalidad patológica que conforme un cuadro clínico” y estos rasgos eran “obsesivos, paranoides, no tanto de una psicosis, sino de sentir que algo se tiene que hacer de una manera” y de “personalidad narcisista”. Concluye que “no hay trastorno de personalidad”.

En su informe la psiquiatra refleja que la acusada le narró un “pacto de suicidio” junto con su madre, y, aunque no lo ha recordado por haber pasado dos años, ha dicho que lo “sostiene”.

Un pacto, además, “ampliado en el que habrían incluído a su hija”, le ha leído la acusación particular del informe de aquel día, y la psiquiatra ha explicado que un suicidio ampliado es “cuando incluyo a otra persona”.

Esto es, sería, ha dicho la abogada “un pacto con la madre incluyendo matar a la niña”. Y le ha respondido la psiquiatra: “Sí”. Además, la doctora lo describe como algo “planificado y racional producto de sentimientos de frustración”.

También había un “resentimiento” sobre la expareja y una “frustración” que tenía más peso sobre la “desesperación” por la muerte de la hija.

A preguntas de la acusación popular ha indicado que no se le detectó un estrés postraumático en la exploración, aunque en Urgencias se planteó como primera impresión orientativa.

Ha explicado que lo ocurrido en el hotel “lo identificó como un intento de suicidio” y en ningún momento manifestó que se lo había hecho otro persona. A su madre la nombra como principal figura de apoyo.

Mostró algo de “frialdad” a los hechos “como si se estuviera hablando de otra cosa”.

En la sesión de hoy, el fiscal ha retomado el hecho de que hablara de este pacto de suicidio ampliado y la doctora le ha indicado que “no es necesario” estar mal de la cabeza “y mayoritariamente no suele haberlo”.

También ha dicho que el pacto de suicidio fue “meditado y argumentado” y “normalmente cuando hay enfermedad mental lo racional no está”; y que “no hay nada que haga pensar que vea cosas que no son reales”.

A continuación, ha intervenido el médico del Hospital San Pedro que le atendió en Urgencias y que, como primera impresión, entendió que “presentaba un estado intenso de ansiedad y de angustia”.

Hablaba “de una manera espontánea” y “rememora una situación” que el psiquiatra entiende como “muy estresante” diciendo, tal y como reflejó en el informe: “mi niña está muerta, los deditos azules, esto ha sucedido por una situación que yo vivía de gran dolor y sufrimiento”.

También le dijo: “me la arrebataron, ella sufría, no quería estar con su padre, se escondía debajo de la cama, dejé un trabajo porque no podía verla unos días, pobrecita ella ha muerto”.

Etiquetas
stats