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Opinión - Pedir perdón y que resulte sincero. Por Esther Palomera

La madre y abuela de Carolina tenían motivos de despedida distintos, según contó el hermano a la Policía

La madre y abuela de Carolina tenían motivos de despedida distintos, según contó el hermano a la Policía

Rioja2

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La acusada de asesinar a su hija en un hotel de Logroño el 26 de enero del 2020, A.U, dejó escritas cartas de “despedida” al igual que su madre, abuela de la niña, y ambas tenían “motivos diferentes”, tal y como manifestó el hermano de la acusada a la Policía Nacional.

Hoy se ha celebrado la séptima jornada del juicio, por jurado popular, en el que A.U se enfrenta a un delito de asesinato con la declaración, entre otros, de los agentes que recogieron las cartas que dejaron tanto la acusada como su madre, cuyo cadáver apareció en el Ebro.

Ese día acudieron cuatro patrullas (inicialmente tres y luego una cuarta) al hotel donde se había registrado A.U porque una mujer (la acusada) quería tirarse por la ventana. Fue un operativo desplegado ante un intento de suicidio cuyo cometido se transformó al encontrar el cadáver de la niña y a su madre con múltiples heridas con sangre seca.

De los agentes desplazados, dos de ellos fueron a localizar el coche en el que la acusada se había desplazado desde Haro y que estaba aparcado en las inmediaciones.

Hoy han relatado, en el juicio, que no encontraron nada “digno de reseñar” pero que tenía “signos de haber sido accidentado recientemente”, presentando un golpe, en el lado derecho, y el “neumático trasero derecho reventado”.

Tras volver al hotel, uno de los jefes les dijo: “Iros urgente a Haro, al cuartel de la Guardia Civil”. Allí, el comandante les hizo entrega de las cartas y los dos móviles encontrados por el hermano de la acusada sobre un armario.

El hermano relató su preocupación, al haber desparecido ambas de casa, y cómo entendía las cartas “de despedida”. Los agentes no las leyeron, pero el hermano relató “el contenido de lo que él había leído”, en su declaración en comisaría, diciendo que en ellas ambas “daban a entender que se pensaban quitar la vida”.

El agente reflejó en su informe “textualmente” lo que el hermano dijo ese día, y así se plasmó en el acta. Hoy, el agente ha indicado que la memoria “falla más” que el texto que escribió en el momento, recalcando que él siempre lo pone todo “literal”.

Así pues, se ha remitido a lo que aparezca en la declaración de ese día y, en cualquier caso, ha dicho que “manifestó cómo cada una había reflejado motivos de despedida diferentes”. En concreto, el motivo de la abuela era la estafa en la que había caído, y el de la acusada para no ver sufrir a su hija.

En cuanto al padre de la niña, no le quisieron contar qué había pasado, mientras le trasladaban a Logroño, porque les faltaba “conocimiento y sensibilidad”.

Al día siguiente, se inició la búsqueda de la madre de la acusada, en la que también participaron los bomberos y que se centró en la ribera del Ebro, escogiendo el lugar al que accedería alguien que caminara en línea recta desde el hotel.

“Los instructores apuntaban a que se podría haber suicidado”, ha dicho apuntando al río como “principal” lugar al que se dirige quien se quiere quitar la vida.

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