La pareja del padre de Carolina tenía miedo de la acusada: “Me acosaba, me pitaba, me insultaba”

La pareja del padre de Carolina tenía miedo de la acusada: "Me acosaba, me pitaba, me insultaba"

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La recepcionista del hotel de Logroño en el que fue asesinada la niña Carolina, de cinco años, el 26 de enero del 2020 ha certificado que A.U, madre de la niña y acusada de asesinarla, salió del hotel una hora la mañana siguiente del asesinato.

Hoy se celebra la tercera sesión del juicio, por jurado popular, contra A.U, acusada de un delito de asesinato cometido contra su hija, de cinco años. Hoy han declarado la recepcionista, el director y un empleado del hotel y la pareja del padre de la niña.

La acusada se declaró inocente y su letrada culpó a su madre, abuela de la niña, que apareció dos días después muerta en el río, una versión que el resto de la familia apoyó ayer. El padre de la niña relató su esfuerzo por hacerle parecer mal padre y su obsesión por él.

Hoy, la recepcionista del hotel de Logroño en el que pasaron el domingo, desplazándose desde Haro, donde residía la acusada con su madre y la niña en los momentos en los que le tocaba la custodia, ha relatado cómo el lunes, entre las 7:30 y las 8:00 de la mañana, A.U bajó de la habitación.

Se trata de algo que grabaron las cámaras y que la acusada negó recordar, además no coincide con su relatado dado que, según contó en la primera sesión del juicio, se despertó en la bañera llena de sangre, vio que la niña estaba muerta e intentó saltar por la ventana de la desesperación.

La niña había muerto el domingo y el lunes, como ha relatado la recepcionista, la acusada bajó “despeinada” y fue derecha a la calle. Por experiencia, y dado que en ocasiones algún cliente sale sin pagar, le siguió y vio que avanzaba hacia la calle Siervas de Jesús, pero como no llevaba maleta pensó que volvería.

Así lo hizo una hora después y fue cuando un vecino llamó al hotel alertando de que una mujer (la acusada) estaba intentando saltar por la ventana y llegaba a tener las piernas fuera. La recepcionista, algo escéptica, llamó a las camareras para que lo comprobaran, pero ante una segunda llamada del vecino avisó a la policía.

Aquí ha seguido el relato el director del hotel que, en ese momento, atravesaba el Espolón y al que, desde el hotel, le pidieron que acudiera cuanto antes. Llegó a la vez que la policía y, desde el patio, pidieron a la mujer que se metiera dentro. Luego subieron a la habitación, en la que sólo entraron los agentes.

A continuación, ha testificado la actual pareja del padre de Carolina, quien ha descrito, con voz temblorosa, la “tormentosa” relación con la acusada que, tras romper con el padre de su hija y que éste iniciara una relación con la testigo, empezó a “acosarla” .

“Me acosaba, me seguía, me pitaba, me insultaba”, ha relatado confesando que tenía miedo y que pidió a un policía local conocido que, por favor, alguna vez estuviera cuando salía del trabajo, porque la acusada siempre estaba esperándole.

También ha contado cómo A.U “no soportaba” que ella peinase a la niña y que la entregaba con la ropa del revés. “No sé si era una provocación”, ha dicho. Ha confirmado que el padre de Carolina acudía a todas las citas médicas de la niña en Madrid, cuando se le diagnosticó neutropenia.

Otro empleado del hotel ha relatado que la abuela, la acusada y la niña entraron al hotel el domingo hacia las ocho menos cuarto de la mañana, aunque tenían prevista la llegada el sábado. Según este testigo, solo entregó la documentación la abuela porque la acusada dijo que la había dejado en el coche aparcado en Murrieta.

Asimismo, han descrito que la reserva se hizo entre las 10 y las 11 de la noche para dos noches en una habitación triple.

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