Revolución digital en el sistema educativo: de los titubeos en el confinamiento a la consolidación

Revolución digital en el sistema educativo: de los titubeos en el confinamiento a la consolidación

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El sistema educativo convive en las últimas décadas con el reto de integrar la digitalización como facilitadora del proceso de enseñanza y aprendizaje. La pandemia ha profundizado en ese desafío, acelerando la incorporación de nuevas herramientas, plataformas y aplicaciones, como único canal en los momentos más duros del confinamiento, y de forma híbrida con otras metodologías al regresar a las aulas.

En la última edición del Salón de Tecnología e Innovación Educativa (SIMO), celebrado en línea, los expertos han coincidido en destacar que la digitalización ya es una realidad a la que hay que dar respuesta. Los alumnos aprenden frecuentemente a golpe de clic y deben contar con las herramientas adecuadas, contenidos adaptados y con entornos seguros para desarrollar sus competencias digitales y, utilizar estas para adquirir otras competencias clave.

Una de las expertas participantes en SIMO, Carmen Valdés Hevia, de Fundación Repsol, advertía: no se debe asociar “presencialidad y falta de digitalización”. Ambas modalidades deben coexistir para garantizar el éxito del proceso educativo.

El proyecto Territorio Digital de Servicios, que promueve el Gobierno riojano como parte del Plan de Transformación de la La Rioja, tiene entre sus objetivos precisamente el desarrollo de una red de servicios que coordinarán virtualidad y presencialidad en cada uno de los pilares del estado de bienestar, entre ellos la educación, de modo que sean accesibles de forma universal.

Dos de la fortalezas que permiten articular esta oferta de servicios digitales en ámbitos como el educativo son la amplia cobertura de banda ancha adjudicada (un 96% con posibilidad de llegar de forma muy rápida al 100%) y el uso extendido de las nuevas tecnologías, de forma muy evidente entre los escolares riojanos.

Pero el margen de mejora en el ámbito de la digitalización en la educación es “inmenso”. Así lo asegura Jesús Esteban, profesor y socio de TICandBot, escuela logroñesa centrada en la código alfabetización de niños, niñas y jóvenes de entre 4 y 16 años. A través del pensamiento lógico, sus más de 500 estudiantes aprenden a resolver problemas haciendo uso de herramientas informáticas, programación, robótica, impresión 3D y drones.

Esteban explica que “la digitalización puede abarcar muchísimas áreas, como la alfabetización digital que es nuestra competencia para usar programas ofimáticos, videoconferencia, el correo electrónico... ”

“También está la alfabetización web ,en la que exploramos el universo de internet discriminando, cosa nada fácil, la información que puede ser útil y que además nos permite crear y compartir contenido en la web”, añade, recalcando que uno de los retos es “la formación en seguridad en internet y responsabilidad de cómo desarrollamos nuestra identidad digital”.

Y por último se sitúa la código alfabetización. “Es en lo que nos centramos principalmente en TICandBOT. Y consiste en que, lo mismo que somos capaces de leer y escribir, todos seamos capaces de entender cómo está hecho y crear un programa informático ya que los usamos en nuestro día a día de forma constante. Además, la códigoalfabetización la considero esencial para cubrir la gran demanda de puestos de trabajo que el sector TIC requiere y requerirá aún más en el futuro”, subraya.

Cada vez son más las empresas que orientan sus aplicaciones y servicios a esta digitalización en las aulas. Así, cobran protagonismo plataformas de creación de contenido interactivo como Genial.ly, plataformas ideales para fomentar el trabajo cooperativo y el Aprendizaje Basado en Proyectos como Go4Clic, herramientas formativas sobre programación y data como Let's Coder, o espacios con contenidos adaptados a diferentes etapas educativas como Smile and Learn o Innovamat.

Sin embargo, es fundamental no caer en el riesgo de utilizar la digitalización como un fin en sí misma, sino utilizarla de forma adecuada de acuerdo a cada proyecto metodológico.

“Lo primero que hay que tener claro es los objetivos que queremos alcanzar con la digitalización y también la situación de partida (autoevaluación) que tenemos. Además de tener claro que no todo es tener los dispositivos, sino también recursos para explotarlos y, sobre todo, la formación adecuada para poder utilizarlos. Además, una vez que se decida qué es lo que se va a hacer y en dónde vamos a invertir, debemos tener un sistema de evaluación veraz que nos permita conocer si se han cumplido los objetivos, áreas de mejora... En definitiva, si la inversión ha merecido la pena”, resume Jesús Esteban.

Esteban, profesor de Informática en el colegio Los Boscos, es partidario de “establecer objetivos concretos, claros y más o menos 'sencillos' de cumplir y evaluar según las etapas educativas”.

Y pone un ejemplo basado en su propia experiencia: “en el aula usamos un sistema de videoconferencia (aunque estemos todos de modo presencial en el aula) mediante el que comparto mi pantalla en los monitores de mis alumnos (o ellos comparten sus pantalla y la vemos todos) y grabo las sesiones. Estas sesiones después están disponibles para su consulta en cualquier momento. Es una acción sencilla, con la que se capta la atención del alumno de una manera más eficaz y puede ser consultada de forma recurrente, con lo que el alumno adquiere la competencia deseada, que es de lo que se trata”.

Un ejemplo de cómo la digitalización avanza y puede integrarse en el sistema educativo sin renunciar a la presencialidad y la atención personalizada a cada estudiante para que pueda alcanzar las competencias básicas y los objetivos planteados en el proceso de enseñanza y aprendizaje.

*Contenido especial para el Gobierno de La Rioja

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