Olaizola II castiga a Irujo

Olaizola castigó en el Labrit a Juan Martínez de Irujo. Lo hizo con clase y contundencia en el que fue el primer partido de la liguilla de semifinales del Campeonato del Cuatro y Medio. Rozó la perfección ante su paisano que en ningún momento se encontró cómodo en el frontón y que, por detrás en el marcador, trató de acelerar el paso para recortar diferencias. Ese fue el mayor error de Irujo.

Nervioso, el de Ibero se empeñó una y otra vez en cortar y sorprender al menor de los Olaizola. Así comenzó a cavar su propia tumba. Tanto que después de cortar al colchón la primera pelota, devolver de nuevo abajo la segunda y estrellar en el superior la tercera, el partido comenzó a teñirse de rojo. Sólo una escapada del de Ibero a la que Olaizola no llegó permitió a Irujo estrenar su casillero de tantos antes de que el de Goizueta se fuera al nueve. Lo hizo con más solvencia de la esperada, castigando en el saque al de Aspe que se desesperaba y corregía, después de perder el tanto, el golpe fallado.

Se superó el ecuador del encuentro con el mismo guión. Irujo lo daba todo. Buscaba todas las pelotas. Pero sus prisas se convertían en errores. Sólo tras pasar por vestuarios con 11-6 en el marcador (había recortado distancias gracias a un par de saques y una pelota que envió al colchón su rival) y recibir seis nuevos golpes de Olaizola, Irujo se calmó.

Apareció el verdadero Irujo con 18-6 en el marcador y el campeón manomanista echó a temblar. No sabía cómo frenar el vendaval de su paisano que recortó cinco tantos con un par de saques, moviéndole en los límites del acotado y forzando sus fallos.

Pero de nuevo aparecieron las prisas en el de Aspe. Un dos paredes tan mal ejecutado como innecesario devolvió el saque a Olaizola II que, esa vez sí, no lo volvió a soltar y fijo un 22-11 que exigirá mucho trabajo a Irujo para llegar a la final.