Reparación de altura

Europa Press

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En lo que se considera uno de los paseos espaciales más arriesgados jamás realizados, el astronauta Scott Parazynski inspeccionó el sábado un panel solar desgarrado en la Estación Espacial Internacional (EEI) en órbita antes de abocarse a la difícil y peligrosa tarea de reparación. Parazynski se aprestaba a despejar lo que hubiese desgarrado el generador de energía al desplegarse el martes. El daño debe ser reparado para que pueda proseguir la construcción de la estación espacial.

Encaramado en el extremo de un brazo robótico extensible de 27,50 metros, el astronauta llegó al lugar de la avería en el extremo izquierdo del complejo espacial, que consiste en módulos acoplados. Parazynski informó que una bisagra tenía una rotura y enfocándola con una cámara que lleva en el casco la fotografió para enviar la imagen al Control de la Misión en tierra.

El panel solar, que equivale a un generador de electricidad, está operando. Para reducir el riesgo de electrocución, todas las partes metálicas en el traje espacial del astronauta fueron cubiertas con cinta aisladora, al igual que todas sus herramientas.

Durante la caminata, el astronauta italiano Paolo Nespoli leyó a Parazynski una larga lista de advertencias sobre bordes filosos, peligro de electrocución y otros problemas potenciales. Parazynski también debe instalar varios soportes para que los astronautas desplieguen el panel solar en toda su extensión de 35 metros (115 pies). Por ahora está desplegada en tres cuartas partes. Los astronautas confeccionaron los soportes con planchas de aluminio, cables y cinta aisladora.

El astronauta Douglas Wheelock, por su parte, tomó posición en la base del ala para guiar a Parazynski y los astronautas que operan el brazo robótico

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