“Es preocupante la cifra de adolescentes que creen que no existe la violencia machista”

La Rioja era la única comunidad que no tenía una ley específica para proteger a las mujeres víctimas de violencia machista. Una anomalía que ya está cerca de subsanarse. El Consejo de Gobierno ha aprobado hoy el proyecto de Ley contra la Violencia de Género, que ahora deberá ser sometido a debate y aprobación en el Parlamento. El consejero de Servicios Sociales, Pablo Rubio, incide en la importancia de detectar los casos de violencia machista y poner a disposición de las víctimas todos los recursos necesarios.

La Rioja llega la última a esta legislación, pero eso también tiene sus ventajas

En La Rioja había una normativa más amplia para víctimas de violencia en general, pero todas las comunidades tenían ya su ley y también existía una a nivel nacional. Entendíamos que era preciso que hubiera una normativa sólo en este ámbito y con eso se armoniza nuestra actuación a mandatos de ámbito internacional, que recomiendan estas legislaciones.

Ser los últimos tiene el inconveniente de que en estos años el marco normativo no ha sido desarrollado como tal, lo que es un motivo de preocupación, pero la parte positiva es que podemos tener el balance de otras leyes, incluso de cambios sociales. Ahora hay excepciones conocidas sobre cierto negacionismo en este ámbito, pero el descrédito de esas posiciones es evidente, la violencia de género es una realidad que existe y hemos recogido todas aquellas cuestiones que están debatiendose.

Hemos incluido colectivos que pueden estar afectados por violencia machista como menores y personas en las unidades de convivencia. No solo la mujer es víctima de violencia de género, también hay personas mayores, discapacitados o dependientes que deben ser protegidos. También hemos incluido nuevas formas de violencia con nuevas tecnologías, patrimonial, económica, ambiental, simbólica o institucional.

¿La ley incide en la sensibilización? Todavía hay gente que niega la existencia de la violencia machista

El negacionismo va desde la irracionalidad. Es difícil desde la razón argumentar una posición de negación. Se basa más en aspectos viscerales, en estereotipos, que han sido parte de nuestra cultura en cuanto a la posición de la mujer. El mérito de los cambios no es de las instituciones, ha sido del propio movimiento feminista, pese a que a veces hay una visión estereotipada de radicalidad de las posiciones feministas. Sin embargo, si tuviéramos que valorar por qué existe el sufragio activo femenino, sabemos que se debió a los movimientos sufragistas del feminismo.

La sensibilización está unida a la necesidad de legitimación que se produce. Hay que luchar contra este tipo de violencia, que es muy elevada, con cerca de 800 denuncias cada año.

Es necesaria también la formación

Tenemos que luchar, en temas sociales la historia no va siempre a mejor, se producen retrocesos, y es preocupante la cifra de adolescentes que creen que no existe la violencia de género, lo que está unido a una posición de los hombres de dominación que no es correcta. Tenemos que saber que esto se tiene que erradicar.

La ley contempla que en el ámbito educativo se hagan actuaciones porque la base es la educación, no sólo para las generaciones que están ahora en el ciclo educativo, sino con actuaciones también en el ámbito sanitario o en servicios sociales. Se realizarán campañas de sensibilización específicas en el ámbito educativo, la prevención es el primer capítulo que tendremos q abordar.

¿Y la formación de los profesionales que tratan con las víctimas?

Durante mucho tiempo, se admitían como normales cosas que no debían admitirse, incluso desde las instituciones, y se producía una revictimización. Tenemos que saber que tiene que darse una posición receptiva por parte de las distintas instancias, y tiene que ser objeto de denuncia si no hay esa posición.

Tenemos que planificar de forma más efectiva la asistencia a las víctimas. Ahora hay recursos importantes y vamos a tener sin duda más, y tenemos entidades sociales que también están trabajando en este ámbito.

Nuestra obligación es que estos recursos sean más eficientes, a veces el problema es que la mujer que es víctima debe salir del entorno familiar y tiene que tener un recurso. Para ello habrá pisos de tránsito. También colaboraremos con empresas solidarias para su inserción laboral. Además, se cuenta con la Oficina de Atención a la Víctima y las mujeres tienen prestaciones económicas. Será una ley que conllevará acciones y obligaciones.

¿Las mujeres se sentirán más arropadas?

Primero tienen que darse cuenta de que su situación no es algo provocado por ellas mismas. A veces hay una tendencia a la autoculpabilización. Además, no tiene que haber silencio cómplice por parte de las instituciones y de la propia sociedad, que ha consentido esta situación como algo natural y no le da la la trascendencia que tiene.

Necesitamos que se atrevan a denunciar y que conozcan los recursos disponibles. Van a tener una información para obtener una respuesta por parte de profesionales, con asistencia psicológica, alojamiento... Es un paso importante que denuncien, no queremos dejar a nadie atrás.