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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

“No quieres quitar a un hijo de su madre, solo quieres que tenga una mejor vida”

"No quieres quitar a un hijo de su madre, solo quieres que tenga una mejor vida"

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“Estar con una familia de acogida es más acogedor porque se crea un vínculo y tienes una familia. Si estás en una residencia, hay más niños como tú y te recuerdan la situación en la que estás”. Marta (nombre ficticio) pasó sólo unos meses en casa de Arancha cuando era pequeña, mientras su madre no se podía hacer cargo de ella, pero unos meses que le marcaron para siempre.

Marta formó parte en su día del Programa de Acogimiento Familiar que permite a acoger a menores cuyas familias no están en condiciones de hacerse cargo de ellos. Con siete años, llegó a casa de Arancha y hoy, con 23, sigue teniendo contacto con ella.

“Al principio es muy extraño para una niña pequeña no estar con su madre, estar con otra mujer. Yo era cerrada, pero Arancha es tan positiva y amable que ganándose mi confianza”. Aunque no tiene recuerdos muy nítidos, sí que tiene presente los momentos en los que le ayudó a estudiar o le llevó a actividades de ocio y a cenas familiares. El objetivo, por tanto, estaba cumplido.

Y es que este programa busca que estos menores tengan un entorno familiar con una figura referente. “No quieres quitar a un hijo de su madre, solo quieres que tenga una mejor vida”, explica Arancha.

De otro modo, Marta habría tenido que pasar ese tiempo en una residencia y, sin embargo, tuvo un hogar. Una vez que su madre pudo hacerse cargo de ella de nuevo, volvieron a vivir juntas, pero no perdieron el contacto con Arancha. “Es como una amiga, coomo una hermana, alguien que me ayuda siempre”.

Marta es la primera menor de las tres que lleva acogidas Arancha. Reconoce que para convertirse en familia de acogida, y más ella sola, “hay que ser una persona valiente, capaz y con mucho carácter”. Y es que no es fácil para estos niños y niñas vivir lejos de sus progenitores y “te echan un pulso porque piensan que los vas a rechazar”.

Así, Arancha ha vivido alguna que otra pelea. “Cuando cogen confianza y les dices a algo que no, a veces te echan toda la rabia que llevan dentro”. Sin embargo, una vez que comprueban que se quedan en ese piso, “es una liberación, ya saben que de ahí no se van a mover y que no los vas a abandonar”.

Esta mujer anima a cualquiera a convertirse en familia de acogida pero advierte de que “no sirve con quererlo mucho, tienes que mandar. No saben cuál es su camino y les tienes que decir por dónde ir. Buscan un referente, una vara donde agarrarse”.

En cualquier caso, su experiencia no puede ser más satisfactoria. “Sabes que vas a ser algo en su vida. En el piso de acogida están bien cuidados, pero no están en su casa. Aquí les da satisfacción que les des llaves o quedarse solas en su casa”.

“Cuando se van lo pasas mal, hay un vacío”, reconoce, “pero sabes que se van con su familia y que van a estar bien. Además, sabes que vas a a ser algo en su vida”.

El acogimiento familiar es un programa del Gobierno de La Rioja de forma que todas las personas interesadas pueden ponerse en contacto con la Sección de Acogimiento Familiar de la Consejería de Servicios Sociales y Gobernanza Pública o a través del teléfono 941 29 43 61.

Además, todas las familias que quieran dar la oportunidad de crecer en familia a niños y niñas que lo necesitan, contarán con el apoyo, asesoramiento y acompañamiento del Gobierno de La Rioja durante todo el proceso.

* Contenido especial para el Gobierno de La Rioja

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