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El Supremo ratifica la sentencia de 34 años para un condenado por violar a dos mujeres

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El Tribunal Supremo no ha admitido el recurso de casación de un hombre condenado por la Audiencia Provincial de Logroño a 34 años de prisión por un delito de violación consumado, otro en grado de tentativa, además de dos más de lesiones y uno de detención ilegal cometidos contra dos mujeres.

La sentencia también condenó en diciembre de 2006 a Abderrahim B. a indemnizar con 5.400 y 2.640 euros a sus dos víctimas.

Los hechos se remontan a mayo de 2005, cuando una de las jóvenes agredidas regresaba a su casa de madrugada por las inmediaciones de la calle Manzanera de Logroño.

El acusado abordó entonces a la mujer, le puso una navaja en el cuello para evitar que opusiera resistencia, la agarró por detrás y la obligó a entrar en su coche que había aparcado delante del portal donde vivía.

Cuando ambos estuvieron dentro del vehículo, él cerró las puertas con el dispositivo de seguridad y le obligó a permanecer quieta mientras la amenazaba con el cuchillo.

Después, se desplazó a las afueras de la ciudad mientras le decía que sólo quería hablar y que no le iba a hacer nada, a pesar de que ella insistía en que parase el coche y la llevase de vuelta a casa.

Sin embargo, el acusado se dirigió hasta la fábrica “Papelera del Ebro”, situada en el término navarro de Viana, y se metió en un camino, donde paró el coche, obligó a la mujer a desnudarse, le dio un golpe en la cabeza con la puerta del vehículo y la violó.

Cuando la chica intentó usar el teléfono móvil, él se lo arrebató y le rompió el bolso. Después, le mandó vestirse y, con una bolsa de plástico de un supermercado, le ató las manos con las asas y el resto se la colocó en la cabeza.

La mujer tuvo que volver a Logroño a pie y al pasar por el hospital San Millán entró para recibir asistencia médica por las lesiones.

En julio de 2005, el acusado volvió a abordar a otra chica en las inmediaciones de las calles Huesca y María Teresa Gil de Gárate de Logroño, a la que también amenazó con un cuchillo de cocina, que le puso a la altura del cuello.

La mujer trató de soltarse y en el forcejeo sufrió varios cortes en el cuello cuando el condenado intentó arrastrarla hasta su coche, que había dejado aparcado en doble fila con el motor en marcha.

Después de diez minutos de lucha, durante la que el acusado le llegó a quitar la camiseta a la chica, ella logró escapar, aunque no pudo utilizar su teléfono móvil porque él se lo quitó.

Las dos víctimas sufrieron, además de las lesiones físicas, estrés postraumático, por el que tuvieron que recibir tratamiento psicológico.

Este marroquí de 38 años y residente en Logroño argumentó en su recurso que las relaciones sexuales fueron “consentidas” y aseguró que nunca existió ánimo de privar de su libertad a la víctima, por lo que no debió ser condenado por el delito de detención ilegal.

También se quejó de que no se apreció como atenuante su dependencia al alcohol y las drogas. Según la doctrina jurisdiccional, “la mera condición de toxicómano no supone la apreciación de una atenuante o eximente”. Tampoco quedó acreditado en el juicio que se encontrase bajo los efectos de estas sustancias.

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