Uno de cada cuatro españoles padece estreñimiento

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La ingesta de fibra mejora el tratamiento del estreñimiento y evita el uso de laxantes“. Así lo ha afirmado la doctora Natalia López, de La Unidad de Enfermedad Inflamatoria Intestinal del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, en el marco de una reunión dirigida a farmacéuticos sobre el uso de la fibra en el tratamiento de los trastornos del tránsito intestinal, como el estreñimiento.

Aunque la fibra es un elemento imprescindible para la regulación del tránsito intestinal y está presente en numerosos alimentos (sobre todo frutas, verduras y cereales), muchas personas no ingieren a través de la dieta la cantidad recomendada, que debe estar en torno a unos 25-35 gr/día. El estrés, la ansiedad o las dietas desequilibradas provocan una pérdida de regularidad intestinal y la aparición de molestias digestivas. De ahí, que una de las recomendaciones de los especialistas se centre en la adopción de medidas dietéticas orientadas a aumentar el consumo de fibra.

“Cuando el paciente acude a la consulta por problemas en el tránsito intestinal”, señala la doctora Natalia López, “lo primero es descartar que se trata de una enfermedad grave, la principal un cáncer de colon. Cuando tras las pruebas correspondientes se llega al diagnóstico de un estreñimiento crónico, la primera recomendación es que sigan una serie de pautas dietéticas como son tomar abundante fruta y verdura, beber agua, realizar ejercicio, no inhibir el efecto defecatorio, fijarse una hora para ir al baño, etc. El objetivo es intentar evitar el uso de laxantes y recomendar el tratamiento con fibra”.

CAMBIOS

En los últimos 40 años, sobre todo en los países occidentales, se ha producido un cambio notable en los hábitos dietéticos. Se ha pasado de una dieta rica en legumbres, frutas y verduras a una alimentación en la que predominan las proteínas y las grasas de origen animal, con un descenso del consumo de fibra. Este hecho explica que haya aumentado la incidencia y prevalencia de las enfermedades metabólicas y del aparato digestivo. Sin embargo, muchas personas con este tipo de trastornos abandonan el consumo de fibra por las molestias asociadas como son los gases, la flatulencia o la sensación de estómago lleno.

En los casos de estreñimiento, el consumo de fibra consigue acelerar el tránsito intestinal, disminuir la presión intracolónica y mejorar el dolor (puesto que se ha visto que la tensión de la pared intestinal es uno de los factores que lo determinan); además, al reducir la concentración de ácidos biliares en el intestino grueso se disminuye la actividad contráctil del colon. Si el problema, es un síndrome de intestino irritable “hay que valorar por qué síntoma acuden; estreñimiento, diarrea o dolor. El objetivo siempre va a ser mejorar la calidad de vida del afectado y, dependiendo de sus características y estilo de vida, se insiste más en el cambio de dieta y en el incremento de la ingesta de fibra”.

Estreñimiento o diarrea junto con dolor abdominal son los síntomas del denominado síndrome del intestino irritable que afecta hasta un 13% de la población general. El síndrome del intestino irritable es una de las patologías digestivas más frecuentes.

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