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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Descenso consumado

Descenso consumado

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Hasta aquí. Tres temporadas consecutivas ha aguantado el EDF Logroño en la élite del fútbol nacional femenino. Una final de Copa de la Reina, histórica, y la presencia en la Supercopa han sido, sin lugar a dudas, dos de los hitos de este club que comenzó desde la base, que supo sobrevivir, recomponerse, hacerse fuerte, aprender del ‘play off’ y esforzarse para desde la antigua Segunda división ganarse por derecho estar en la Primera Iberdrola. Tres años muy diferentes. En el debut se sufrió mucho. Héctor Blanco, artífice desde el banquillo de la grandeza de la entidad, era destituido para que Chechu Martínez recondujera al equipo y lograra la salvación.

En la segunda se apostó por Gerardo García, el cual le dio un toque diferente; más elaboración, más juego combinativo… Los goles llegaban en Las Gaunas para sorprender a propios y extraños a la vez que se aupaban a posiciones de privilegio. Mientras que este curso todo empezó torcido. Los resultados, las sensaciones, la falta de gol, la ausencia de continuidad en las acciones, los enormes fallos defensivos… Llegó Moncayo y pareció dar con la tecla, dos victorias seguidas, pero con el paso de los partidos se evidenció que el equipo estaba encallado. Un ejemplo más se vivió este domingo en Las Gaunas ante un Eibar, que merced a su victoria certifica su presencia en la máxima categoría, que jugó más de 75 minutos en inferioridad y fue capaz de remontar el tanto de Ida nada más empezar el segundo tiempo. Ver para creer.

Porque este EDF Logroño, confeccionado para mantenerse sin problemas, no ha sabido reconducir su dirección. La falta de ocasiones, en muchos partidos, y la ausencia de gol -la lesión de Olga García evidentemente fue un jarro de agua fría- ha provocado que el cuadro riojano se haya suicidado con sus innumerables errores defensivos. No es cuestión de actitud, la ha habido, sino, probablemente, de aptitud para enfrentarse a una situación no deseada, como era pelear por la permanencia. Ahí ha fallado, entre otras cosas, el cuadro vinotinto.

A falta de dos jornadas, EDF Logroño, Espanyol y Santa Teresa ya han descendido. La otra plaza será para el Deportivo o para el Betis, que tiene 5 puntos de margen. Contra el Eibar, erre que erre, se volvió a constatar que el bloque dirigido por Javier Moncayo no merecía seguir en la Primera Iberdrola. Sobre todo cuando Arene era expulsado antes del cuarto de hora por doble amarilla. Una superioridad numérica que, como vislumbró el marcador final, no se acusó. Sí durante muchos minutos, pero sin apenas consecuencias, pero no en las áreas, donde el bloque logroñés ha fallado demasiado.

La incapacidad para superar a las armeras durante el primer tiempo provocó que el preparador de las riojanas moviera ficha en el descanso después de presentar una alineación con novedades, ya que Vilakazi aparecía por el perfil zurdo, acompañada por Caracas, Ballesté y Cazalla en la retaguardia, mientras que Ana Velázquez, Carol y Grace formaban la medular, dejando en los costados a Fishley e Ida para que Jade fuera la referencia ofensiva. Alineación que generó oportunidades, pero que no tuvo el remate necesario para adelantarse en el marcador.

Así, en la reanudación aparecía Chini por Caracas, reubicándose Ana Velázquez en el lateral diestro. Movimiento que dio sus frutos cuando Carol centraba, Jade no llegaba al remate pero Ida, en el segundo palo superaba a Malena al minuto de arrancar el segundo acto. Un tanto que debía haber servido para dar la pausa necesaria, pera enfriar el choque, mantener la pelota sin riesgos y hacer correr a su rival. Sin embargo, un tiro de Arola, prácticamente al instante, significó el empate después de que la pelota se le escurriera de las manos a Pamela. Tablas que afectaron demasiado a las logroñesas. Se bloquearon tanto que Carla hacía el 1-2 tras un centro desde la derecha de las visitantes.

Restaba media hora en la que Moncayo puso en escena a Elloh y Valeria por Grace e Ida, y después quitó del campo a Ballesté por Lundin, jugándosela con tres atrás. Resultó imposible volver a batir a Malena y, por consiguiente, se certificó además de la derrota que el EDF Logroño tiene dos partidos para tratar de disfrutar del fútbol de élite, ya que la temporada que viene estará un escalón debajo.

Foto: SD Eibar

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